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Alba carraspeó alejándose un poco, sintiendo un calor subir por sus mejillas.

– Con la arcilla es así, y eso que todavía no agarramos el torno.

Rió para disipar la tensión, mientras se limpiaba las manos con un trapo húmedo.

Charly, a quien no le intimidaba para nada crear esa especie de tensión, la quedó mirando con una sonrisa de lado y pronto cambio de tema de conversación.

No se quedó mucho tiempo más, solo la ayudo a limpiar y ordenar las cosas que habían utilizado. Y luego, se fué.

• • •

Alba rió al ver la producción de pequeñas cositas que habían estado haciendo con Charly ya pintadas y listas.

Le había propuesto juntarse a pintarlas, pero como Charly aún trabajaba de inspector y además estaba grabando el disco su agenda estaba un poco ocupada en la semana. Así que se encargó de pintarlos ella sola.

Escuchó las campanitas indicando que la puerta del local se había abierto, y se dirigió a la sección del público.

– Mari. – sonrió al ver a su amiga.

– ¿Cómo estás?

María al llegar hasta donde estaba Alba la abrazó amistosamente. Aquella tarde, al terminar su horario de trabajo, tenían ensayo con la banda y María, o Rita siempre solían pasarla a buscar.

– Bien, hoy tranqui. No anda mucha gente. ¿Vos?

– Todo bien... No te veía hace mucho ey. Estabas perdida.

– Si bueno, estuve con algunas cositas.

Rió. No sabía si contarle lo de Charly, quizá María Rosa se ponía celosa. Lo era bastante.

– ¡Ay y ésto? – pregunto enternecida, al ver la producción de pequeñas cositas que había estado cocinando.

– ¿Esto? Nada, pavaditas...

– ¿A quien le estuviste enseñando? Ésto no es tu trabajo. – rió divertida, agarrando una serpiente muy mal hecha.

– A Pedro... – mintió.

Se sentía mal. No sabía por qué mentía, antes jamás le había mentido a María Rosa. Era su más amiga, y siempre se contaban todo.

Pero aquella vez era diferente. No quería aceptarlo, pero en el fondo Charly le importaba...

– ¡Ya veo! – rió divertida.

De repente, tomó en sus panos una especie de pianito muy mal hecho.

Se quedó seria y pensativa.

– ¿Un piano? – pregunto.

A su mente, en un instante, se le vino Charly.

– Pedro se lo hizo a Charly creo. – le quitó importancia y tomo toda aquella producción para llevarla a otro lado.

María no muy convencida la quedó mirando, pero no quiso seguir preguntando.

Te Ví Entre Las Luces | Charly García ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora