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Después de aquella charla incómoda con María Rosa, Alba fue a buscar a Nito.

Pero lo encontró tan feliz y entusiasmado hablando con sus amigos, que no quiso cagar el momento. Pobre, él no tenía la culpa.

Decidió esperar mejor hasta cerca del fin de la fiesta cuando ya todos se estaban yendo.

Había sido una buena noche, pasaron un buen momento entre amigos, bebieron charlaron y bailaron hasta el fin.

– Nito, ¿Puedo hablar con vos un momento? – preguntó Alba.

Éste riendo algo atontado, asintió con la cabeza alejándose de una chica con la que estaba hablando.

– Si si, ¿Qué pasó Albi?

– Escúchame, ¿Vos estás enterado de lo que pasó con María?

Este pensó unos segundos sin comprender, y negó con la cabeza.

– No, no sé... ¿Lo que pasó con qué?

– Terminó todo para el culo cuando supo que había algo entre Charly y yo. Quiso separar la banda, todo mal... Hoy me la cruce y aunque se hace la superada, yo sé que está todo mal...

– Ah, si algo sabía pero no sabía que era para tanto...

– Me dijo que va a venir al viaje. Que vos la invitaste...

– Uh si... Perdón. ¿Metí la pata? – rió tambaleándose un poco. Ya estaba bastante en pedo a esas horas.

– Un poco, pero ya está. No es tu culpa, vos no sabías. No me molesta que vaya, que haga lo que quiera... Pero espero que no se arme ningún quilombo porque la vamos a pasar mal sino.

Nito asintió con la cabeza y palmeó el hombro de Alba.

– Tranquila, no va a pasar nada... Y si pasa algo será culpa mía.

– No Nito, no es culpa tuya... Pero bue. ¿Te ayudo a ordenar che?

– ¡Nooo! Mañana ordenamos, mañana... Che espero que la hayan pasado bien. – rió abrazándola.

Alba lo abrazo entre risas.

– ¿Ya te vas? – oyó la voz de Charly atrás.

Alba se separó de Nito para verlo.

– Si, ya me voy. Tengo sueño. – rió encogiéndose de hombros.

Charly también había tomado bastante, pero a él ya se le estaba pasando el pedo.

– ¿A dónde vas, a lo de Rita?

Ésta se había ido con un chico alrededor de una hora atrás. Alba rogaba que no estén en el departamento. Es decir, la casa era de Rita obviamente pero si llegaba y se encontraba con una escena no muy agradable prefería pasar la noche en otro lado.

– Creo que si, veré qué me encuentro cuando llegue. – rió colocándose unq campera de cuero.

Charly miró el reloj de su muñeca, y dejó una botella vacía de Whiskey sobre el mueble.

Aún quedaban algunas personas charlando tranqui en los sillones, otros en la cocina y algún que otro mamado durmiendo por ahí.

– ¿No querés venir a casa? – preguntó acercándose a ella, mientras encendía un cigarro.

– No quiero abusar de tu hospitalidad. – bromeó riendo, Charly expulsó el humo del cigarro a un lado riendo.

– Vení dale, quiero mostrarte algo...

Alba alzó ambas cejas, interesada.

– ¿Algo como qué?

– Un regalo.

Te Ví Entre Las Luces | Charly García ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora