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Por la mañana, bien temprano, despertaron a duras penas ya que la noche anterior se habían quedado hasta tarde despiertos y como hacía bastante frío se abrigaron bien.

– ¿Cómo dormiste? – preguntó Charly sentado a su lado, poniéndose una campera abrigada mientras bostezaba.

– Más o menos. He dormido mejor en otros lugars...– confesó Alba desperezándose aún en el colchón.

– ¡Anoche no te quejabas tanto eh! – la molestó tirándose encima de ella.

– ¡Ah, me vas a aplastar! – exageró riéndo.

Él comenzó a darle repetidos besos en los labios y ella riéndo intentaba alejarlo como podía.

De repente, pegó un salto.

– ¡HORMIGAS! ¡HAY HORMIGAS ALBI, SE METIERON A LA CARPA!

gritó saliendo disparado a la especie de puerta mientras abría el interminable cierre desesperado.

– Charly pará un poco che, son hormigas.

– ¡Yo sabía que me había picado una, yo sabía! – gritó desde afuera. – ¡Mira! ¡Mira como me dejaron la pierna.

Se levantó el pantalón para enseñarle las ronchas que tenía. Alba comenzó a reír divertida, y el otro se enojó más todavía.

– ¡Tira Raid! Voy a preparar el mate. No entro más a esa carpa.

Se quejaba mientras se dirigía a encender la garrafa. Alba seguía estallada en risas dentro de la carpa.

.

Luego de preparar el mate, se dirigieron a la laguna junto a todo el equipo de pesca que Charly había comprado nuevo con ayuda de Martín.

– ¿Qué es ésto? – pregunto asqueada viendo un balde.

– La carnada. – rió Charly, mientras empezaba a preparar la caña.

– ¿Qué son gusanos? ¡qué asco!

– Si, gusanos de jardín... También se puede usar pollo, cebo en pasta... Lo que venga. Martin se puso la diez y nos consiguió un equipo de pesca como la gente.

– No quiero ni pensar lo que te habrá salido la jodita. – dijo mientras le pasaba un mate.

– Salió Carito, pero bueno... Es algo que me gusta y que vamos a volver a hacer. ¿No?

– No sé, es mi primera vez pescando.

– ¿No has ido nunca con tu viejo a pescar? Además ellos tienen guita, deben tener alto equipo. – dijo alzando ambas cejas. Alba rió.

– No, con mamá nunca nos interesó acompañarlo. Pobre viejo. – se lamentó mirando al horizonte de la laguna. – ¿Qué peces podemos encontrar acá? Yo no tengo idea, pero son diferentes que el mar. ¿No?

– Si obvio...

Charly le empezó a explicar a Alba más o menos cómo era la movida. También le mostró cuando tiraba la caña, y si pescaban algo qué era lo que tenían que hacer.

La realidad es que Alba solo lo acompañaba y le enternecía ver lo feliz que estaba con aquel hobbie. Pero para ella seguía siendo lo más aburrido del planeta.

A unos metros había una parrilla, así que mientras Charly se quedaba cuidando su caña ella empezó a preparar el fuego para hacer un asado.

Aquel era un día de camping con todas las letras: para la entrada mientras se calentaba la parrilla, un salamín de picado fino y un vino de acompañamiento.

Te Ví Entre Las Luces | Charly García ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora