6. El libro.

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"Esta autora sería negligente si no dijera que el momento más comentado anoche en el baile de cumpleaños en la casa Bridgerton no fue el emocionante brindis por lady Bridgerton (su edad no se ha de revelar), ni los extraños mareos de la nueva vizcondesa, ni Edwina Sharma paseando por el salón del brazo del príncipe Friedrich como si estuvieran en Hyde Park, sino la impertinente oferta que hiciera lady Danbury de dar mil libras a la persona que desenmascare...

... A mí.

Hagan lo que quieran, damas y caballeros de la aristocracia.

No tienen la más mínima posibilidad de resolver este misterio"

Revista de sociedad de Lady Whistledown

17 de abril de 1815

—¡Soy rica! —gritó Eloise atrayendo la atención del escandaloso desafío hacia ella.

De repente todo el salón estaba en completo silencio.  Violet Bridgerton abrió sus ojos como si un bicho volara delante de ella y le hizo una seña a su hijo Benedict, quien parecía no percatarse de que debía reaccionar y hacer algo al respecto. No fue hasta que Friedrich abrió su boca dando un paso al frente que Anthony tomó a Eloise de la mano y la sacó de la escena.

—Me parece que debería aumentar la cantidad si desea dar con alguien que se enriquece a costa de nuestros chismes.

—¿Desea usted aumentar la cifra, querido príncipe Friedrich? —preguntó lady Danbury señalándolo con su bastón.

Él meneó su cabeza.

—No tengo interés ni en Lady Whistledown ni en lo que tenga que decir.

—Creo haber escuchado alguna vez.... —dijo Danbury mientras un círculo de personas se concentraba alrededor de ella—... "¿Por qué conformarse con un duque si se puede tener un príncipe?", usted también debería estar interesado en su identidad.

La mirada de Friedrich brilló, Edwina había acabado de limpiarse y ahora lo observaba con interés. Un recuerdo borroso, un evento penoso.

—Disculpen —el príncipe realizó una reverencia cuando las miradas se posaron sobre él y se marchó con rapidez por una de las puertas laterales.

Edwina lo siguió con la mirada sorprendida y confundida.

—Quizás en estos momentos mi hermano necesita una amiga.

Carlota se había movido al lado de la señorita Sharma, agitaba su abanico con fuerza levantando los mechones acomodados y bien peinados. Al otro lado del salón, Penélope aprovechó la confusión para preguntarle a Colin quién creía que podía ser Lady Whistledown.

—Sería... —comenzó a responder Edwina, debatiéndose entre la puerta enorme por la que él se había marchado y la conversación que tenía lugar.

—¿Inapropiado? —terminó la frase Carlota, la señorita Sharma asintió.

La princesa paseó la mirada por el salón, el círculo de personas cada vez más ancho. 

—He vivido mucho tiempo haciendo lo correcto. Algunas veces, solo se necesita un momento inapropiado para hacer lo que conviene —levantó su barbilla, la frente en alto y se abanicó con fuerza —Si me disculpa, señorita Sharma, muero de calor, iré por algo de tomar.

Edwina pestañeó y después esbozó una sonrisa. Levantó las faldas de su vestido y siguió el camino que conocía bien. Las puertas grandes daban al jardín interior de la casa.

—Fried... —no estaba segura de si llamarlo "Fried" sonaba mal. Tragó saliva con nerviosismo mientras se abría paso entre lirios y narcisos. El jardín era suficientemente grande como para ocultarse, casi podía imaginar todos los Bridgerton corriendo por allí, volviendo loca a la vizcondesa. 

Un príncipe para Edwina [Bridgerton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora