5. Los Bridgerton

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¡Las madres casamenteras están de luto!

Para información de mis simpáticos (y desconocedores lectores); la señorita Sharma, quien ostentaba hasta ayer el título de rompecorazones, bailó no una vez, sino en más de una ocasión con dos príncipes y varios caballeros respetables. Una podría pensar que no se puede tener tanta suerte en la vida, ¿o será algo planeado por nuestra amada reina? No podrá negar, su majestad, que sus ojos brillaban como canicas al presenciar el baile de su estimado diamante con su adorado sobrino.

¡Señoritas en busca del amor, alisten sus pañuelos, he de confesar que podrían haber perdido esta batalla antes de iniciar la guerra!

Si bien, este tema es importante, quizás se vea opacado por otro evento de mayor relevancia, y que me parece, está cerca de ser el mejor evento de la temporada, el cual será sin duda la fiesta de hoy en la casa Bridgerton.

Se reunirá toda la familia con unos cien de sus mejores amigos para celebrar el cumpleaños de la vizcondesa viuda. Se consideraría una grosería mencionar la edad de una dama, por lo tanto, esta autora no revelará qué cumpleaños celebra Lady Bridgerton.

Pero, no teman, ¡esta autora lo sabe!

Revista de sociedad de Lady Whistledown

16 de abril de 1815


    La reina Charlotte parpadeó tantas veces como lo permitía la velocidad de sus encrespadas pestañas, arrugó el papel entre sus manos, lo volvió a alisar para leerlo, parpadeó unas cincuenta veces nuevamente, y se lo lanzó en la cara a Brimsley,...

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    La reina Charlotte parpadeó tantas veces como lo permitía la velocidad de sus encrespadas pestañas, arrugó el papel entre sus manos, lo volvió a alisar para leerlo, parpadeó unas cincuenta veces nuevamente, y se lo lanzó en la cara a Brimsley, su mano derecha.

—¡Trae eso acá! —espetó.

Brimsley corrió a llevarle el boletín solo para que ella pudiera arrugarlo de nuevo y lanzarlo aún más lejos. Friedrich observaba toda la escena a su lado con un simpático gesto y una sonrisa de medio lado; tenía por costumbre desayunar junto a su tía cuando la visitaba, a pesar de que en aquel momento estuviera considerando huir a toda prisa.

—¿Pasa algo? —se llevó una fresa a la boca, no estaba interesado en los típicos cotilleos de la sociedad londinense, pero sabía que estaba deseando la pregunta.

La reina bufó y pidió una taza de té tranquilizante cargado de miel.

—¡No he sido invitada!

—Bueno, tía, ahí decía que solo asistirán cien amigos cercanos, no dudo de que te aprecian,  pero... hasta tú comprenderás que hay mejores amigos. ¿No es Lady Danbury tu mejor amiga?

—¡Inaceptable! —chilló y se abanicó con la mano como si estuviera a punto de desmayarse—. Después de todo lo que he hecho por su familia.

—Ah, ¿sí? —volvió a masticar otra fruta un poco más madura, la primera estaba demasiado ácida y terminó por hacerla a un lado—¿Qué has hecho por ellos?

Un príncipe para Edwina [Bridgerton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora