Nuevas amenazas llegan al pueblo Beacon Hills, nuevos amigos y tal vez nuevos amores.
¿Podrán los adolescentes superar una vez más las amenazas y peligros qué se avesinan?
[Temporada 3B]
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Dos días después Elizabeth y Stiles se encontraban en la habitación de Stiles mientras cada uno miraba el techo. De pronto alguien toca la puerta.
—Hola ¿qué pasa?— pregunta Stiles.
—Ustedes y nosotros vamos a encontrar un cuerpo.— exclama Scott.
—Un cadáver.— dice Beatrix mirando a su novio con una sonrisa.
Unos minutos más tarde, Stiles aparca su auto en la entrada de la reserva de Beacon Hills.
—Acabo de sentir un déjà vu.— exclama Elizabeth.
—Y yo.— contesta Bee.
—Si, mi padre tiene razón y aquí hay otro hombre lobo qué aún no conocemos y si resulta ser trillizos qué se transforman en un sabueso infernal no creo poder con eso.
—Si, yo tampoco.— contestan los tres chicos.
Beatrix iba con su celular en mano mientras observa el mapa de pronto el aullido de un coyote se hace presente.
Stiles toma la mano de su novia mientras se acerca a su cuerpo en busca de respaldo logrando qué el celular de la chica cayera a un charco de agua. —... Lo siento amor... Odio los coyotes siempre suenan como si estuvieran devorando a un indefenso y pequeño animal.— le dice y ella sonríe tomando su mano.
—Creo que aún funciona.— dice Elizabeth tomando el celular.
—Préstame la linterna.— le dice Bee a Scott. —Creo que lo encontramos.— un auto se encontraba dado vuelta.
Stiles toma la otra linterna y comienza a caminar más cerca del auto. —Miren esto. Las garras de un animal estarían mucho más juntas.— Scott pasa sus dedos por encima del rasguño qué tenía la puerta del auto.
—Entonces fue un hombre lobo.
—Y mi papá tenía razón.
Stiles se adentra un poco en el auto y divisa algo, el, lo saca y se lo muestra a los chicos, se trababa de una muñeca, los cuatro se le quedan mirando y segundos después la muñeca habla. —Tengo hambre.
—¡Ah!— exclaman Bee y Stiles.
—Creo que acaba de darme un micro infarto.— dice Stiles.
—Por favor dime que ven eso.— exclama Scott mientras observa a un coyote.
—Lo vemos.
De un momento a otro, Scott, Beatrix y Elizabeth comienzan a correr tras del coyote. Llegan a un acantilado y los tres lo saltan dejando acorralado al coyote, el les gruñe.
Y por instinto los tres lobos muestran sus ojos lobunos, y el coyote también. —¿Malia?— exclaman los tres al unísono.
Iban a acercarse, pero los el coyote salió corriendo perdiendo a los chicos.
—Ella era Malia...— dice Beatrix mirando a los chicos de pronto ella piensa. —¡Carajo! Stiles.— y con eso comienza a correr en busca de su novio.
—¿Chicos?— exclama Stiles mientras caminaba con la muñeca en las manos.
Beatrix se acerca por detrás haciendo que Stiles soltara un golpe, pero por los reflejos de Beatrix, ella se agachó y lo esquivo. —¡Bee! ¡Tú! ¡No vuelvas a hacer eso!
—Lo siento, lo siento.— dice ella algo divertida por su reacción.
—¿Qué sucedió?
—El coyote, era ella, era Malia.
—Genial ahora tenemos a una chica coyote.
—¿Piensas llevarte eso?— pregunta Bee.
—¿Por qué no?— los dos se miran y luego se encogen de hombros.
Luego de estar un rato más en el bosque, los chicos vuelven a la casa de Scott entrando a su dormitorio.
—¿Entonces, Diana, tuvo vidas pasadas?— pregunta Elizabeth sorprendida.
—Así es.
—Eso es increíble.— exclama Stiles.
—Ya lo creo, ¿tú lo viste? ¿Cómo era?— pregunta Bee.
—Bueno, fueron visiones para ser exactos, imágenes vividas. En su primera vida fue una diosa, la diosa de la luna, así es como decía el bestiario qué le entrego Deaton.
—No puedo creer que todo esto nos haya pasado, hombres lobos, dragones ¿y ahora vidas pasadas? Es completamente poco creíble.
—Lo sé. Cuéntanos más ¿qué otras vidas vieron? ¿Y cuántas fueron? ¿Algún indicio con Beacon Hills?— pregunta esta vez Stiles.
—Hmm no, ninguna estuvo relacionada con Beacon pero si con Allison. En las tres vidas qué vimos, ellas resultaron ser hermanas.
—¿Tres?
—Sí. La segunda fue igual de fantasiosa qué la primera, ella era una vikinga y existían dragones. Y la última fue un poco más normal, era como un tipo de princesa algo llamada sultana.
—Qué genial, me gustaría ver a Diana en vestidos, creo que se vería bien al menos en esta vida, ella los odia.— dice Beatrix riendo.
—Es verdad. De todos modos pueden preguntarle a ella, de seguro debe estar leyendo el bestiario qué le entregaron.
⊶⊰❈⊱⊷
Mientras tanto Diana, no estaba exactamente en su cama leyendo el bestiario, sino que se encontraba en su auto viajando hacia México.
—Dios, no puedo creer que fueran tan estúpidos, tan idiotas, tan...— dice la chica mientras teclea un mensaje. —¿Cómo Derek y Peter acabaron en las manos de otros cazadores?— ella niega irritada al ver como Nathaniel le envía la ubicación de donde se encontraban. —Las calaveras... De tantos cazadores en el mundo... Tenían que ser ellos.
Y el último mensaje que envió Nate fue que regresaba a Beacon Hills junto a los mellizos, Daphne y Edward.
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