Capítulo 6

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Bakugou sigue simulando un monólogo imaginario frente a la puerta del despacho de su tío. Encuentra y no encuentra las palabras exactas para hacerle entender su situación, pero sobre todo, tiene que dejarle ver su determinación, su valor y su confianza en su nuevo proyecto de vida.

Es la única persona que le queda que siente como su propia familia. El único que le queda.

Sin su tío... ¿Qué sería de él?

Llama a la puerta pero no obtiene respuesta. Se valentona en abrirla. Ante su llegada, Tsunagu le hace una señal de silencio llevándose los dedos a los labios. Bakugou cierra la puerta cuando toda la gravedad del Universo recae sobre sus hombros al escuchar la voz de aquel con el que habla por teléfono usando el manos libres.

-Tsunagu, no me hagas tener que enviar a mis hombres para hacer un buen trabajo.

-No necesito que tus perros se metan en mis negocios.

-Si utilizaras mis métodos no tendríamos este inconveniente.

-Tus métodos no son nada ortodoxos para los negocios que lleva mi familia, cuñado.

AFO ríe al otro lado.

-Tsunagu.- su voz se ha enfriado – En cuanto acabe el verano, Katsuki vendrá a trabajar conmigo.

La gravedad aumenta casi empujándolo contra el suelo, asfixiándole.

-Eso no es el acuerdo que llegamos con mi hermana.- habla tranquilo – Ya tienes a Touya para seguir con tus negocios. Katsuki lo hará con los míos.

-Sí, sí, recuerdo bien el acuerdo que tuve que firmar en los últimos suspiros de vida de mi amada esposa.- Bakugou tiene los nudillos blancos. Odia que hable de su madre como si realmente la hubiese amado – Pero necesito que se deje ver en sociedad, a mi lado. Los periodistas saben que tengo un segundo hijo, y aunque Katsuki sea un inútil, no quiero que dicho engendro me deje en ridículo. Por esa razón, tiene que aprender el negocio de su verdadera familia. O al menos aparentar que los conoce.

Tsunagu levanta la mano haciendo callar a Bakugou.

-Yo se lo diré personalmente cuando esté de regreso.- sabe que es una orden - Touya vendrá conmigo. Te dejo a cargo de mi querido y orgulloso hijo pequeño. No dejes que cometa ninguna estupidez en mi ausencia. Un escándalo es lo último que necesito y tengo la piel de las manos muy delicadas de tanto lavármelas de sangre.

La llamada finaliza.

Su tío se frota los ojos y Bakugou no se acerca hasta que éste no le da pie a ello.

-Ya le has oído.

-Pero tío-

De nuevo le hace callar.

-Intentaré razonar con tu padre, no es algo fácil, pero supongo que tendré que darle algo a cambio. Seguramente la fábrica que sigue en propiedad de tu madre.

-¡Tío no hagas eso! – le pide suplicante – Ya te has arrodillado frente a él demasiadas veces por mí. ¡No te deshagas de nada más que sigue perteneciéndole a mamá! Ahora es mi turno de devolverte todos esos favores.

-Katsuki ¿Acaso tú...?

-Seguramente tenga que acudir a algunas cenas o a sus estúpidas fiestas. Dejarme ver ante sus socios. Dejarle ver que no soy ningún inútil. Luego se olvidará de mí, y... yo...

Todo su bonito monólogo bien detallado, escrito y corregido cientos de veces se ha esfumado como el humo del tren. No recuerda nada de lo que quería decirle. Absolutamente nada.

Amantes CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora