Capítulo 17

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*AVISO: Contiene escenas fuertes de violación*


*Unas horas antes*

Todoroki podía haber pedido ayuda. Podía haber llamado a Bakugou, o a Kirishima, o a Kaminari, Sero, a cualquier otra persona de ese lado contrario que ayudase a buscar a Yaoyorozu.

A quien sea.

Pero no lo ha hecho.

Y ese error le costará muy caro.

A él, y a la chica que yace semidesnuda y atada en una silla con restos de haber sido brutalmente agredida físicamente.

Ni un paso ha conseguido dar el bicolor para rescatarla cuando ya tenía la cara aplastada contra el suelo y el aliento a cigarrillo del demonio de la luna exhalándose por encima.

-Sabía que vendrías a por tu princesita.- ejerce más presión – Encantado de conocerte, Shoto Todoroki.

-Déjala ir, desgraciado.

-¿Dejarla ir? Pero si aquí nadie la tiene presa ¿Verdad, Momo? – camina hacia ella mientras dos de sus hombros obligan a Todoroki a ponerle de rodillas y no perderse escena alguna – Somos amigos de la infancia y nos conocemos realmente bien – pasea sus delgados y pálidos dedos por las piernas manchadas de sangre que ya ni se estremecen a su contacto – pero que muy bien – besa su mejilla clavándole la mirada al bicolor que intenta soltarse sin lograrlo – Te he invitado a nuestra fiesta privada, deberías sentirte alagado.

-Vete al infierno, cabrón hijo de puta.

-Qué boquita más sucia tenéis los de vuestro lado, habrá que educarte como es debido.- ni siquiera le ha dado tiempo a apretar la mandíbula ante el primer puñetazo que casi le deja KO, ni tampoco cuando el segundo le ha tirado al suelo notando el sabor de la sangre, ni el tercero rompiéndole el tímpano izquierdo callando los gritos de Yaoyorozu rogando por él.

Su pecho sube y baja, la visión borrosa de esa habitación donde tantos buenos momentos ha vivido con Yaoyorozu empieza a teñirse de negro. Pasa la mirada de las ventanas, a las paredes, a la puerta. Alguien tiene que escuchar los gritos.

-¿A quién buscas? – nota que le empujan hacia arriba - ¿Al pescadito pecoso? ¿Al dueño del hotel que tan bien se ha portado contigo? ¿O estás rogándole a tu Dios que cierto demonio disfrazado de gavilán seductor derribe la puerta y venga a rescatarte? – Touya sonríe – No vendrá, ya me he asegurado de que esté fuera de la ciudad para que no se entere de lo que le estoy haciendo a su mascota y para cuando regrese ya sería demasiado tarde, pero no temas, si se arrodilla frente a mí, suplica como siempre ha hecho, me pide perdón, me la chupa hasta dejármela en carne viva y se apuñale a sí mismo tal vez, y solo tal vez, me apiade de él. Aunque... espera... - su carcajada asusta a sus propios hombres – Hoy es tu día de suerte, Shoto – acerca su rostro - ¿Te gustaría que os enterrase a los dos juntitos? Puedo poneros en la postura que más os guste y así vuestros cadáveres se irán pudriendo tú a cuatro patas y Keigo empotrándote, o comiéndosela... Dime, te haré ese último favor como los bastardos traidores que sois.

Todoroki le escupe en la cara como respuesta.

Y Touya suspira desconcertado.

-No lo entiendo, estoy siendo amable. ¿Por qué no eres más agradecido? Ahora no me quedará más remedio que hacer esto.- con tan solo una mirada, uno de sus hombres ha ido directo hacia Yaoyorozu. La chica se retuerce, intenta escapar, la poca ropa que cubre su magullado, herido, maltratado y violado cuerpo queda al desnudo por completo. Todoroki insulta, grita, pide ayuda, pero sus gritos quedan atorados al escuchar los de Yaoyorozu al ser tomada con violencia por Touya justo enfrente de sus ojos. Aparta la mirada pero el otro tipo le obliga a ser viendo, a seguir oyendo. Los gritos de la chica se van apagando hasta reinar el silencio quedando una muñeca rota en miles de pedazos y solo dejando escuchar los golpes en su trasero por los embistes de Touya.

Amantes CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora