Un nuevo trimestre da comienzo en el calendario escolar. El segundo trimestre. El más temido por los universitarios al estar a las puertas del mundo adulto. Al menos, para aquellos quienes aún no saben qué será de su futuro pues hay otros que sí saben cuáles serán sus oficios y no desean para nada desempeñar.
Uno de ellos es Midoriya quien observa embobado la alianza que cuelga de una bonita cadena de plata, de la cual también cuelga una pluma, propiedad de su amada madre. Tiene el desayuno intacto. No tiene apetito. No a menos de comida...
-Izuku.- al escuchar su voz, se guarda la cadena bajo la camiseta poniéndose de pie ante la llegada de su padre – Ha pasado mucho tiempo.
-¿Cuándo has llegado?
-Esta madrugada.
Le da un beso fugaz en la cabeza. Es todo gesto cariñoso que recibirá de él.
-Podrías haber descansado más.
-En la familia Midoriya no hay tiempo para descansar.- dice tomando asiento al otro lado de la larga mesa de roble. Una mesa que Midoriya solo vio rodeada de personas, risas y diversión cuando su madre vivía. En cuanto ésta falleció todo eso se borró no dejando huella alguna – Ya dormiré en el sueño infinito.
Desayunan en silencio. OFA, conocido por su rival, pero Toshinori para su familia y amigos más cercanos, empieza a ojear los periódicos que alguien del personal ha dejado para él, mientras Midoriya hace un gran esfuerzo para terminar de desayunar lo antes posible.
-Hijo.- le llama estando a punto de ponerse de pie. Como si hubiese esperado ese momento para llamarle – ¿Tienes algo que contarme?
Pum Pum
Los latidos de su acelerado corazón le ensordecen.
-N-no que yo sepa.
Mierda, no tartamudees, No titubees o se dará cuenta de que sí escondes algo.
Toshinori suspira. ¿Era de decepción? ¿Ira? ¿¿En qué estaba pensando el poderoso OFA??
-Tu profesor me llamó para felicitarte por tus increíbles notas este trimestre. Sigues siendo el número uno. Tal y como yo esperaba.- a Midoriya casi cae de nuevo en su silla ante el temblor de sus piernas – Estás manteniendo tu promesa.
Se le ha formado un nudo en la garganta.
Le prometió a su madre graduarse con la mejor de las calificaciones. Como el mejor de todas las promociones anteriores y por haber. Y que trabajaría en lo que a ella le hubiera gustado. Pero ahora esa promesa se cumplirá a la mitad, o al menos hasta estar en un lugar a salvo con Bakugou y poder vivir felices siendo dos chicos enamorados con distintos nombres y apellidos.
-Ahora me toca a mí ser recompensando ¿No te parece? – no le han gustado nada esas palabras – Me hiciste muchas promesas, Izuku. Va siendo tiempo de ir cumpliéndolas antes de la graduación y esta semana empezarás por una de ellas – chasquea los dedos y en un parpadeo alguien coloca una carpeta por su lado derecho de la mesa. Midoriya la abre no reconociendo al chico joven que sale en todas las fotografías.
-¿Quién es?
-Nuestro nuevo contable.- sigue mirándolas, leyendo la poca información que hay cuando mira a su padre horrorizado.
-Trabaja para AFO.
-Él no, su madre es una de sus muchos contables, aunque sí, seguramente acabe entre sus filas trabajando para sus bastardos hijos.- al escuchar esto último ha apretado la mandíbula ante el odio y asco por el nuevo yerno que tiene y nunca conocerá – Quiero que te lo cameles para que pueda hablar con él y ofrecerle una buena y suculenta oferta.
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Amantes Condenados
FanfictionEn un mundo donde el ser beta es lo mejor, y ser alfa/omega lo más terrorífico, se suma la rivalidad entre dos familias cuya guerra sigue perdurando a través de la historia. Dos familias donde sus hijos nunca se han visto y que al hacerlo será e...