Capítulo 18

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-No sé qué hacemos aquí pero no tengo tiempo para fiestas estúpidas, o reencuentros, ni sorpresitas.

Iida empuja a Midoriya al interior de la cabaña tras abrirle la puerta Tokoyami. Al entrar no hace falta buscarle. El olor de Bakugou abre sus pulmones colmándole de una calma que rechaza rápidamente al recordar su última conversación.

-No tengo nada que hablar contigo.

Da media vuelta con la intención de irse pero Kirishima y Sero le cortan el paso. La mirada fantasmagórica inyectada en odio no les hace retroceder. Han visto la del demonio de la luna y no rivaliza con la suya.

-Je ¿Qué pasa, Kacchan? ¿No tienes las suficientes agallas para enfrentarte a mí tú solito? – esa voz que no reconoce envía al alfa a las profundidades de un océano helado - Ya te he dicho que no hay más que hablar del tema. No huiré. No me iré hasta que el cuerpo de Touya me sirva de abono.

¡PLAF!

Midoriya observa sorprendido a aquel que le ha golpeado con humillación y decepción en su brillantina mirada.

-Si tu madre te escuchase lloraría de la vergüenza, Izuku.

-Abuelo... - murmura - ¿Qué estás haciendo aquí?

-Hemos sido nosotros los que le hemos pedido a vuestros amigos traeros.

Es la primera vez que lo ve pero Midoriya lo reconoce inmediatamente. Es el tío de Bakugou.

-No hay nada más que hablar.- Midoriya sigue en sus trece – No voy a huir y seguir poniendo en peligro a mis amigos. No quiero que muera nadie más, pero se ve que a él le da todo igual – mira de reojo a Bakugou quien se mantiene como puede de pie. Las feromonas de Midoriya le aplastan – Ese bastardo es tu hermano ¿Y no eres capaz de plantarle cara? – retrocede ante las pisadas de su amado - ¡¡ESE JODIDO BASTARDO HA MATADO A MI MEJOR AMIGO!! ¿Y vas a quedarte de brazos cruzados? – Midoriya, él no... empiezan a decir Kirishima pero sus palabras no le alcanzan – Tenías razón, me tocó el alfa defectuoso – está fuera de sí. Todo lo que dice sabe que a Bakugou le duele porque a él también le duele. Le duele muchísimo pero la rabia le ha cegado - ¡¡ERES UN MALDITO COBARDE, KACCHAN!! ¡OJALÁ NUNCA TE HUBIERA CONOCIDO PORQUE DE ESA FORMA TODOROKI SEGUIRÍA CON VIDA!

Un invisible relámpago, que ha ido acompañando esas últimas palabras, ha atravesado a Bakugou cuyo cuerpo se ha movido por sí solo saliendo al exterior y alejarse bajo la intensa lluvia. Midoriya reprime las ganas de llorar. De ir tras él. Le duele. Le cuesta respirar. Y aunque lo que ha dicho no son sus verdaderos sentimientos ahora mismo sí son sus pensamientos.

-Midoriya, te estás equivocando con Bakugou.

Intenta tranquilizarle Sero.

-Le tiene miedo a Touya, él es el demonio que ha vivido bajo su cama desde que su madre falleció. Torturándole. Maltratándole. Ahogándole en una desesperación inviable.

-¿Alguna vez le has visto tomar antidepresivos? – habla esta vez Tsunagu. Midoriya no contesta pero recuerda las pastillas encontradas en su habitación. No hace tanto tiempo de esos maravillosos días pero ahora mismo le parece que haya pasado décadas – Es su forma de luchar contra ese demonio, contra sus pesadillas, contra su culpa de creer que mi hermana, su madre, falleció por su culpa.

-¿Eh?

La oscuridad empieza a disiparse en el corazón y en la mente de Midoriya.

-Midoriya.- Iida da un paso hacia él tendiéndole una carpeta. Al abrirla, reconoce perfectamente la preciosa caligrafía de Todoroki, la correcta de Iida y la infantil de Tokoyami. Supone que las restantes son de Kirishima y los demás – Es nuestra última voluntad para con vosotros.

Amantes CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora