Capítulo 14

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Han pasado varios días desde que se inició el ciclo de celo de Bakugou pero es el primer amanecer en el que Midoriya puede verle dormir plácidamente abrazado a él.

Sabe que lo vivido ha sido toda una locura. Que ambos han perdido la noción del tiempo e incluso el hambre, pero no se arrepiente ni un solo segundo de que su primera vez haya sido a causa del celo. Aunque al principio estaba aterrado, asustado por la bestia que se abría paso entre las sábanas queriendo devorarle en muchos momentos ha notado como el mismo Bakugou se aplacaba a sí mismo, se controlaba, se resistía a hacer cosas que un alfa descontrolado y en celo le haría a un pobrecito omega indefenso. Y eso le hace amarle aún más.

Lo abraza hundiendo la nariz en su pelo notando como la respiración profunda se va despertando poco a poco atrayéndole hacia él con la intensión de fusionar sus pieles.

-Buenos días, Kacchan.

Le mira desde arriba. Ambos están exhaustos.

El alfa gruñe deseando volver a dormir pero sabe que será una pérdida de tiempo el no aprovechar tenerle allí.

-Buenos...- un bostezo le interrumpe.

Eso provoca la carcajada de Midoriya que continúan en muchas más risas ante un sorpresivo ataque de cosquillas.

-Nunca me hubiera imaginado que te costase levantarte.

-Cállate.

Protesta buscando sus labios.

-Puag, te apesta el aliento, Kacchan.

-¿En serio? – sonríe malicioso exhalando el aire sobre su nariz. Midoriya rueda al lado contrario y empiezan a echarse el aliento el uno al otro hasta terminar con dolor de mandíbula de tanto reír y rodando por la cama hasta acabar muy cerca del borde – Buenos días.

Le muerde en las mejillas.

-Buenos días.

Repite de nuevo dándole un beso de esquimal.

-¿Quieres desayunar? – pregunta Bakugou saliendo el primero de entre las sábanas - ¿O prefieres darte una ducha conmigo? – le tiende la mano. Midoriya la toma siguiendo sus pasos. Ambos se hacen crujir todos los huesos de su agarrotado cuerpo, e incluso Midoriya casi cae al suelo ante un intenso dolor de cintura - ¿Quién iba a dejar inválido a quién? – el peliverde le clava la mirada – Lo siento – se disculpa con sinceridad – Me he excedido pero no se volverá a repetir.

Midoriya niega sonriendo buscando su cintura abrazándole.

-Lo haría mil veces, Kacchan.- le besa en el ombligo – Vendría a calmar tu celo miles de veces porque ha sido brutalmente genial – le observa a través de los rizados mechones – Sé que te preocupaba que nuestra primera vez no fuera de esta manera pero ¿No te has dado cuenta? Nuestros últimos encuentros apenas había rastro ya del celo y éramos nosotros mismos – restriega el rostro sobre su plano vientre – Y esos encuentros han sido mis favoritos porque me has tratado con mucha gentileza, con tanto amor que se me pone la piel de gallina – Bakugou le acaricia los brazos notándolo – Te quiero, Kacchan.

El alfa sonríe derritiéndose de amor.

-Y yo a ti, maldito nerd.

Se buscan mutuamente para besarse siendo interrumpidos por un animal gruñido provenir del estómago de Midoriya. Avergonzado, corre a esconderse bajo las sábanas pero de poco le ha servido porque Bakugou, intentando aguantar el tipo, le ha cogido en brazos rumbo al cuarto de baño donde tiene intención de disfrutar de un buen baño, más que necesitado, y luego de un buen y rico desayuno.

Amantes CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora