Touya ha regresado del viaje.
Y no está de buen humor.
Todos los negocios que tenía en proyecto no han acabado como él quería, ni siquiera las rondas de sexo que ha tenido le han servido para aliviar tensiones o levantar el ánimo. Ni mucho menos las amenazas hacia aquellos que no veían del todo claro firmar un negocio con AFO. Pero lo que más le molesta es que su padre no lo está. Ha estado todo el viaje de regreso a casa muy tranquilo, sobre todo cuando le ha dejado en casa para ir directamente a la oficina dándole palmaditas en la espalda agradecido de tenerle a su lado.
Pero sabe que no lo está tanto.
Conoce muy bien esa falsa sonrisa.
Es la misma que él ha copiado.
Y es la que copiará su hermanastro si le diese la real gana de seguir sus pasos.
Con la rabia empujándole, sube las escaleras hacia la habitación de Bakugou. Golpea la puerta sin cesar hasta que alguien del servicio, un chico bastante torpe, tímido y poco agraciado le pone en aviso de que el joven amo salió temprano para ir a clase. Touya despotrica. Quería sentirse mejor humillándole.
-¿Qué tal han ido las cosas en nuestra ausencia? ¿Qué ha estado haciendo?
Éste balbucea, se frota las manos nervioso. La presión de Touya le ahoga. En más de un sentido.
-N-no ha salido de casa, jo-joven amo.
-¿Y qué es lo que ha estado haciendo? ¡Muéstrame las cámaras de vigilancia!
Pone rumbo a la habitación de seguridad pero el otro chico no le sigue.
-So-son borra-borradas, señor.
-¿Borradas? ¡Por orden de quien!
-Es po-por protocolo.- balbucea. Nota como la ira crece y crece en el hijo del dios de la luna – Pero-
-¿Pero?
A Touya le encantan los peros.
-He gua-guardado algo para us-usted, joven amo.
-¿En serio? ¿Me vas a dar un regalo de bienvenida?
Asiente estremeciéndose. Le arde la entrepierna con la voz sensual de su amo y eso Touya lo sabe. Sabe bien lo que causa en sus trabajadores. Quiénes le temen. Quiénes le seguirían hasta el final. Y quiénes se pondrían de rodillas para chupársela.
-¿Serás recompensado antes o después de darme mi regalo? – le acaricia la nuca atrayéndole hacia él para susurrarle al oído – Pero si te recompenso y lo que veo no me gusta... ¿Debería castigarte?
-Ha-haga conmigo lo que quiera, joven amo.
Se esposaría a sí mismo en una cama para que haga un desastre con él hasta romperla. Tal y como se imagina cada noche donde se masturba con su joven y querido amo.
-Te daré la mitad de tu recompensa.- le empuja con brutalidad hasta la pared y el chico ahoga un gemido. Touya se acaba de meter su pequeño miembro en la boca como si nada. El chico tiembla de emoción y nervios y debido a eso casi se corre muy pronto en el bonito rostro del hijo del Dios de la luna – Te dejaré con la miel en los labios hasta ver lo que tienes para mí, y si lo que veo me gusta... - le aprieta la mandíbula – Ve pidiéndote la baja porque no podrás andar en meses, bebé.
Besa con suavidad sus labios y le pide que le lleve al lugar donde el servicio suele trabajar. Al llegar, los que están allí y han presenciado la escena a través de las pantallas de seguridad salen en cuanto su jefe lo ordena. Touya se sienta en uno de los sillones con las piernas abiertas observando los movimientos de ese idiota que busca su mayor tesoro. Un pen drive con información muy jugosa. Lo conecta a la pantalla y Touya casi se cae del sillón. Está viendo al hijo de OFA paseándose por su casa como si fuera la suya propia, rezando frente al altar de la madre de Bakugou sin lograr escuchar lo que dice pues las imágenes no tienen sonido, les ve sonreír, e incluso agarrarse las manos hasta quedar todo en negro.
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Amantes Condenados
FanfictionEn un mundo donde el ser beta es lo mejor, y ser alfa/omega lo más terrorífico, se suma la rivalidad entre dos familias cuya guerra sigue perdurando a través de la historia. Dos familias donde sus hijos nunca se han visto y que al hacerlo será e...