Llegó el día de la paridera el primero en desovar fue Meg Yang, parió una linda princesa de tres kilos y medio, su padre lloro desde que la vio salir de la panza de su madre hasta que se la dieron a cargar, se veía tan perfecta indefensa y pequeña, su esposo estaba dormido por tanta agitación y es que no fue una jornada muy ligera que digamos.
Ziyi y Yao quisieron ir a visitar a sus amigos súper castigados de la mansion Nie, así que aprovecharon que le tocaba a super Olaf la vigilancia en casa de los Nie para jugar con sus otros amigos que también estaban castigados junto con su padre el destructor Zixuan, pero al menos los sacaban a pasear como si se trata de cachorros.
Pero casi llegando a la zona donde vivía Mingjue le llegó un mensaje de Elza , que decía que si podría pasar a comprar una caja de muffins de chocolate con salsa de yogurt y almendras tostadas que solo venden en uno de los locales de la pastelería más sofisticada de la zona comercial de Starck, mandaría a su perro pero no quería que pensara que ya le había levantado el castigó.
Así que le dijo a su chófer que regresara hasta el centro pues debían recoger un pedido, ya ahí los niños se engolosinaron comprando cosas para sus tíos , para sus amigos y hasta para los hombres que de ves en cuando les gustaba disfrazarse de niños pequeños para jugar con ellos.
Era súper divertido jugar con esos hombres pues inventaban juegos en verdad muy extremos cuando subieron a todos los niños a un asiento de la sala de Wen Xu y los arrastraron por todo el espacio por qué era su barco pirata.
También cuando bajaron los colchones de las cámas de los gemelos Nie para jugar a las carreras por las escaleras de la casa Wen Xu fue el ganador y tío Zixuan se rompió la nariz pero no los castigaron a ellos.
Además cuando los adultos castigaban a sus maridos era más emocionante por qué los regañaban como si estubieran enojados pero sus risas eran más escandalosas por qué por lo regular sus padres eran propensos a los accidentes con tal de que a los vandalos no les pasará nada.
De ahí se fueron a la sanción de bebés, Yang Ziyi y Yao compraron más cosas para su nueva hermana, los guardias se turnaban para llevar las cosas a los autos dónde venía todo el ejercito de seguridad que acompañaba al doncel muy embarazado, como es que tenía esa energía para moverse con todo ese peso extra, ya rondaba los nueve meses o al menos eso pensaban ellos.
Cuando el pedido estubo listo regresaron a la planta baja del complejo comercial, había mucha gente así que tomaron una mesa para esperar la orden, mami puedo ir al baño, me estoy haciendo, por fis, decía la pequeña Ziyi tratando de aguantar la necesidad.
Yang volteaba para ver si veía a alguno de los guardias y no veía a ninguno pues el mismo los envío a dejar las cosas así que resignado se paró llego apenas a tiempo para que su pequeña no se hiciera pipí en el camino, luego regreso a la pastelería y ya estaba listo su pedido.
Estubieron un buen rato ahí hasta que recibieron un mensaje de Cheng decía que ying había entrado en labor de parto pues sus bebés no podían mas estar como sardinas enlatadas por el poco espacio que había para albergar a cuatro bebés conejos que el tirano Nie Mingjue puso dentro de el.
Así que se apresuró a buscar a sus hijos camino hacia el elevador y de repente se le vacío la tetera, lluvia dentro del elevador grito uno de los donceles presentes, de inmediato los guardas de seguridad del complejo comercial llegaron lo subieron a una silla de ruedas lo bajaron al sótano donde una ambulancia ya lo esperaba llegó al hospital antes de que el doncel Nie llegará hasta ahí.
Sus hijos estaban tranquilos con los asistentes de seguridad que siempre lo acompañaban a todas partes, solo esperaban que su esposo no fuera a estrellarse en alguna pared como paso cuando nacieron los anteriores, Rousong llegó frenético, con un chichon en la frente pero consiente por lo menos al parecer ahora el golpe no había sido tan contundente como los pasados.
Dos horas más tarde la pequeña Meg Rouying, llegó al mundo para ser completamente feliz a el señor Meg Rousong, ese hombre que vivió sumido en la soledad por muchos años, nadie se atrevia a acercarse, ni siquiera por interes pues la familia del hombre tenía oscuros orígenes, a pesar de que el nunca dió señales de ser un mal nacido, asesino o traficante de vidas las personas siempre lo percibian como alguien peligroso.
Solo sus amigos lo trataban como a cualquier otro ser humano, Mingjue incluso le presento a varias de sus amigas sexuales, Wen Xu lo llevaba a departir con la familia de su esposa, luego se les unió Zixuan al casarse con Lan Wangji, pues era cuñado de Mingjue por intersección de Xuanyu, pero siempre al regresar a su casa se sentía vacío, solitario y con ganas de hacer realidad todo eso de lo que lo acusaban sin el tener ninguna culpa, pero una voz en su conciencia le impedía hacerlo.
Cuando ese doncel llamado Xue Yang le callo prácticamente del cielo, se acabó todo su dolor, su corazón se transformo, supo lo que había llevado a su abuelo, a su padre a ser un mal hombre, pues ese pobre doncel había sufrido de todo en este mundo.
Las personas que abusaron de su poder, de su fuerza y de su dinero para lastimarlo, todas esas personas murieron algunas en sus manos, otras en las manos de sus subordinados y otras fueron llevadas a lugares donde aun reciben su región de castigo al estilo Meg.
Mi amor que pasa estás bien decía Yang al ver a su marido sumido en sus pensamientos, si mi vida ahora sí estoy bien, no me gustan los hospitales lo sabes pero por esto, dijo el hombre mostrando a su bebé vendría las veces que fueran necesarias, gracias por amarme, por estar aquí y por todo lo que has hecho para hacerme inmensamente feliz.
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La esposa del tirano
Short Storyse sacrifico por su hermano enfermo, debía ser fuerte por su familia