2 -De bruces

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 —¿Le ha hablado a la presidenta? —dijo Mike nervioso.

—Esto va más allá de lo que creía, necesitamos encontrar a este hombre ya o si no algo malo acabara sucediendo —contesto Annie.

—Ya estoy aquí Annie, ¿Qué ocurre? —dijo el sargento entrando por la puerta a toda prisa.

—El gótico ha mandado otro video, tiene al vicepresidente Nathan, dijo que, si la presidente no hablaba, bueno, ya sabes —dijo ella rápidamente intentando ponerlo al corriente.

—Tendremos que doblar la vigilancia y comenzar a mandar a unidades en su búsqueda, se está complicando más de lo que debería —dijo él estirando el brazo mientras hacia una mueca.

—¿Está bien, señor? —pregunte viendo que su camisa blanca estaba rota y se podía discernir una herida con sangre.

—Sí, un pequeño altercado con un hombre, nada grave —contesto él mirándome fijamente —Tiene buen ojo Nell.

Le sonreí y entonces la radio de Annie volvió a sonar.

—Hay un altercado en un club a unos kilómetros de aquí, al parecer ha habido una pelea, ¿Alguien puede acudir?

Annie miró al sargento esperando que este hablara.

—Ir vosotros, debo quedarme para ver el video y comenzar la búsqueda, seguro que tú puedes con ello sin problema.

—Nell, Mike, vamos al coche, rápido —dijo ella entonces saliendo de la sala de reuniones, nosotros la seguimos a toda prisa y cuando estuvimos montados acelero todo lo que pudo.

—¿Hace cuanto que ha ocurrido? —dijo por radio.

—No más de ¡cinco minutos, ir con cuidado, pueden seguir cerca.

—Lo tendremos, ¿Cuánto tardaremos en llegar según el mapa? —dijo Annie mirando a Mike que iba sentado a su lado.

—Cinco minutos, está al lado.

—Preparaos entonces —dijo ella acelerando aún más.

Tal y como dijo Mike llegamos al club cinco minutos más tardes, era un sitio frecuentado por los delincuentes, aquí se reunían los jefes de las pequeñas organizaciones que había en nuestro distrito.

—Mike y yo entraremos por delante, Nell da un rodeo y entra por la puerta trasera, por si alguien se esconde, ¿Llevas radio?

—Si Annie, todo bien.

—De acuerdo, pues vamos.

Hice caso a Annie y di la vuelta al establecimiento, la parte de atrás estaba llena de coches, algunos eran normales, pero en su mayoría eran lujosos, la entrada estaba cerca del aparcamiento en un callejón bastante sucio y oscuro, no me quedaba de otra así que me acerqué a la puerta y observando a mi alrededor por si veía algo entre.

—¿Qué ocurre? —dijo un hombre que parecía trabajar en el establecimiento, ya que estaba detrás de la barra.

—¿Dónde ha sido la pelea?

—Arriba, no sabemos quién ha sido, cuando escuchemos los golpes subimos y solo había un hombre inconsciente, nada más.

—Bien, si veis algo sospechoso avisar y bajaremos.

Me acerqué a las escaleras y subí observando todo a mi alrededor, desde fuera podía parecer un club en bastante mal estado, pero lo cierto es que por dentro era bonito, parecía casi un restaurante de lujo.

—¿Algo raro? —pregunto Annie cuando llegue arriba.

—Nada, dios —dije mirando el lugar donde había ocurrido todo —Esto está destartalado.

Los cimientos de la avariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora