Los cimientos de la avaricia

15 -Cambio de plan

—¿Cuál es el plan ahora?

—Vamos tras ella. ¿Tienes alguna otra idea?

—Deberíamos pensarlo cuidadosamente. No es sensato ir sin un plan claro —dijo la chica que estaba con ellos.

—Tienes razón, pero ya no podemos dar marcha atrás. Iré tras ella y no permitiré que me detengan.

—Necesitarás ayuda.

—Yo también iré, como en los viejos tiempos.

—De acuerdo, entonces adelante. Esto no es una misión, así que mantengamos esto en secreto. Si no regresamos, Jonny se encargará.

—Entendido, jefe.

—Vamos —dijo, saliendo rápidamente por la puerta.

Unas horas antes.

—Hola, ¿Cómo estás? —pregunté al entrar en la habitación donde me dijeron que estaría.

—Ness —exclamó Skye con alegría—. Pensé que no vendrías.

—Te prometí que vendría.

—Lo sé, pero las promesas a veces no se cumplen.

—Yo cumplo mis promesas —dije sonriendo y sentándome a su lado—. ¿Cómo te has sentido?

—Bien, aunque esto es muy aburrido.

—Los hospitales suelen ser así, estoy de acuerdo. ¿Qué haces para pasar el tiempo?

—Miro el paisaje y dibujo.

—¿Dibujas?

—Sí, mira —dijo, mostrándome un papel.

—¿Qué has dibujado?

—Soy yo, sentada en mi sofá en casa. Esto es la televisión —señaló los dibujos—. Aquí está la cocina y estas puertas son el dormitorio.

—¿Echas de menos tu hogar?

—Sí, pero el doctor dice que no podré volver por un tiempo, así que no hay mucho que pueda hacer.

—Tal vez pueda hablar con Nate para conseguirte un lugar donde quedarte con alguien hasta que seas mayor.

—¿De verdad harías eso? —preguntó emocionada.

—Por supuesto, aunque con todo lo que está pasando, no estoy seguro de cuánto tiempo tomará.

—Oí que la presidenta murió, que la asesinaron. ¿Hizo algo malo?

—Hizo muchas cosas mal.

—¿Entonces merecía morir?

—Nadie merece morir, incluso si han hecho cosas malas. No somos quienes para decidir eso.

—He estado pensando desde que te conocí. Me gustaría ser una agente como tú.

—¿En serio? No es una tarea fácil.

—Lo sé, pero Mike trabaja contigo, ¿verdad?

—Mike es mi compañero, sí. Si hubiera sabido que querías verlo, lo habría avisado.

—La próxima vez avísame.

—Skye, ¿no crees que eres un poco joven para Mike?

—Pero creceré.

—Seguro que cuando seas mayor, Mike estará feliz de pasar tiempo contigo. Pero por ahora, lo mantendré lejos de tus peligrosas manos.

Ella se rió y miró por la ventana.