20 -Intenciones ocultas

13 4 0
                                    

—Ness, ¿nos estás escuchando? —preguntó Nate haciendo gestos con los brazos.

—Sí, colarnos con sigilo —dije con poca convicción.

—Nosotros entraremos por detrás —explicó Nate mirándome fijamente— Tienes que quedarte en esta zona y pillarlos desprevenidos cuando se enteren de que estamos detrás.

—¿Por qué yo?

—Eres la más inexperta en todo esto. Tendrás tu venganza, pero déjanos a nosotros el trabajo complicado, ¿de acuerdo?

—Vale —contesté algo insegura— ¿Entraremos ya?

—Enseguida, necesito preparar unas cosas y Blake también. En cuanto estén listos, comenzaremos el ataque —dijo Nate girándose y caminando unos metros hasta su mochila, donde comenzó a guardar cosas.

Blake se acercó a mí y me dio un abrazo— No te preocupes, tendrás lo que quieres, lo haremos tan rápido que ni se darán cuenta.

—Estoy harta de ser la inútil del grupo.

—No eres inútil —contestó él muy serio— Pero tienes que darte cuenta de tu posición, no estás preparada para algo así aún. Nos superan en número y en entrenamiento.

—¿A vosotros también?

—A mí sí, no a Nate, pero de poco importa tu entrenamiento si estás sola y no tienes un plan.

—Solo tened cuidado. No me gusta que os juguéis la vida por algo que solo me concierne a mí.

—Si realmente planean destruir la ciudad, no solo te concierne a ti. Son un grupo peligroso y hay que detenerlos antes de que hagan algo peor.

—Lo sé —contesté mirando a Blake— Solo no muráis, no podría aguantarlo, así que sobrevivid.

—Si te crees que después de todos estos años me va a matar un grupo encerrado en una isla —comentó Nate poniéndose la mochila— Es que no te encuentras muy bien.

—Esperaré la señal.

—La verás —dijo él sonriendo— Te lo traeré de vuelta, no te preocupes —agarró a Blake del hombro y comenzó a descender por el pequeño camino de la ladera. Blake me dio un beso y después de prometerme que nos veríamos después, salió corriendo detrás de Nate.

Me senté sobre una piedra a simplemente esperar. Después de unos minutos, vi a Nate y Blake desaparecer en el oscuro bosque mientras pensaba que podía ser la última vez que los viera con vida. Aunque descarté esos pensamientos y me puse a otear el campamento de nuevo, intentando encontrar algún sitio que me diera ventaja.

Sobre un pequeño edificio que estaba en la zona del campamento más cercana a mí, había un pequeño muro que podía servir de barricada si era necesario. También había otro edificio más grande con una segunda planta casi destruida, pero que aún guardaba alguna pared donde cubrirse. Mientras observaba todo buscando algo, no dejaba de tener un ojo en la gran hoguera del centro, donde se encontraba mi madre. No había quitado el ojo de encima suyo desde que había llegado a sentarse junto con el resto de la gente.

Pasó un buen rato y seguía sentada, aburrida y sin saber cuánto tardarían Nate y Blake en hacer su primer movimiento. Empezaba a cansarme cuando por un pequeño edificio al fondo del campamento vi una pequeña cortina de humo negro que ondeaba con cierta timidez. Me puse la mochila, esperando el instante perfecto para avanzar, y entonces, más cerca de lo que realmente estaba, escuché dos disparos que resonaron por todo el campamento. Mi madre y el resto de personas se levantaron con rapidez y todas salieron tras el ruido. Era el momento para salir corriendo tras ellos, pero entonces vi cómo mi madre, en vez de ir hacia los disparos, se daba media vuelta junto con un hombre que parecía enorme y ambos entraron en un edificio enano que estaba camuflado entre los árboles.

Los cimientos de la avariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora