19 -Oxifredery

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Aún seguía algo aturdida por lo que acababa de pasar, sentía cómo mi cuerpo se movía de un lado a otro, como si intentara dormir en un coche que circulaba por una carretera llena de baches.

—Cuando lleguemos a lo alto de ese risco, nos detendremos. Solo tiene una subida y podremos vigilarla —explicaba Nate mientras me cargaba a sus hombros.

—¿Nos seguirán?

—Lo dudo, nos hemos movido rápido y dudo que les dé tiempo a reaccionar con la suficiente rapidez.

—Deberíamos tener cuidado, por si el campamento de Brenda está cerca. En estas condiciones, no podemos luchar. Ness nos ralentizaría mucho.

—El campamento está lejos —dije yo en un susurro casi sin fuerza—. A cuatro horas a pie.

—Eso es una buena noticia.

—¿Estás bien, Ness? —preguntó Blake acercándose más a Nate para poder sonreírme desde cerca.

—Eso creo.

—Menos mal que no te hacemos caso —rió él.

—Debería echarte la bronca, Ness —comentó Nate mientras vigilaba nuestras espaldas con el arma en la mano—. Lo que has hecho es una locura, ha sido una estupidez por tu parte.

—En otro momento —frenó Blake, tomando la posición de Nate para que este caminara con más tranquilidad, ya que me llevaba a hombros.

—Podremos parar aquí unos minutos —explicó Nate, observando unos árboles que servían de protección en lo alto del risco—. Nosotros los veremos y ellos a nosotros no.

—Vale, avanzaré para comprobar que es seguro —Y tras eso, Blake aceleró la marcha y se coló entre los árboles.

—Ness, entiendo tu motivación, pero debes tener cuidado.

—No puedo —dije en un susurro—. La odio, necesito pararle los pies.

—Y lo entiendo, pero él no. Deberías hablarlo con Blake, dejarle las cosas claras. Te ayudaremos a acabar con ella, pero tienes que confiar en él.

—Confío en él.

—Está limpio —avisó Blake desde lo alto. Nate me colocó mejor y avanzó junto a él, dejándome caer con cuidado sobre un árbol que me daba sombra.

—Estaremos a salvo unos minutos, debemos continuar pronto.

—Ella necesita un rato, podemos vigilar, estamos mejor preparados que ellos —explicó Blake mirando a Nate.

—De acuerdo —cedió él tras unos instantes—. Pero no os pongáis muy cómodos, si veo algo fuera de lo común, saldremos de aquí corriendo.

—¿Solo habéis venido vosotros? —pregunté tras un rato de silencio en el que recuperaba fuerzas.

—Sí, Annie y Mike se han quedado junto con el resto de los jefes. Creímos que un grupo pequeño llamaría más la atención.

—¿Y por qué has venido tú? En vez de un agente digo —Blake se quedó callado ante mi pregunta, y entonces Nate, desde el borde del risco, contestó en su lugar.

—Blake es bueno, mejor de lo que puedes imaginar.

—¿Mejor que Jonny?

—Mejor que yo —contestó él mientras seguía observando el sendero de subida.

—No soy mejor que tú, somos muy distintos para compararnos —explicó Blake, sonriéndome—. Nate es el mejor que conozco, y yo soy muy bueno siguiendo rastros. Creímos que era lo mejor para encontrarte rápido.

Los cimientos de la avariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora