Forever us || Adrinette +18

« XIV »

Marinette

Quería sentirme poderosa al haber arrojado tremenda bomba a mi suegra y más sabiendo que ella no me quería.

Aún así un sentimiento de incertidumbre e inseguridad me invadía por completo sin poder disfrutar de sus rasgos desencajados y llenos de terror.

—Un bebé —repitió en un susurro sin poder creerlo—. Sabía que esto ocurriría.

—¿Disculpe? —me crucé de brazos intentando crear una barrera ante cualquier eventualidad.

—Oh por favor, no vengas a hacerte la desentendida. No eres la primera noviecita que tiene mi hijo.

—Lo tengo bastante presente señora Agreste —cubrí mi boca fingiendo equivocarme—. Joder, cierto que solo fingen un matrimonio por meras apariencias e intereses.

—Y de seguro me dirás que este trato no te conviene.

—Lo que no logro entender es el motivo de su ataque y por cierto acaba de arruinar mi primer ultrasonido.

—No me preocuparía demasiado por este trozo de papel —lo arrojó contra mi auto como si fuera poca cosa aumentando con creces mi enfado.

—¿Qué mierda le ocurre? —inquirí importándome poco si Adrien le comentaba acerca de mi falta de respeto hacia ella.

—Deshazte de este bebé.

Abrí mis ojos con demasía al escucharla soltar de manera autoritaria sus palabras y como si estuviera pidiéndome cambiar de atuendo.

—Esa no es su decisión —siseé perdiendo la poca paciencia que me quedaba y sintiendo un fuego creciendo en mi interior al escucharla mandonearme.

Joder, realmente me costaba tolerarla.

—Oportunista y maleducada, no me sorprende descubrir que le has pegado malos hábitos a mi hijo, ¿acaso tus padres no te han enseñado modales?

—Mis padres me han educado bien señora, en todo caso seré mal aprendida pero siempre me destacaron algo: no debo respetar a aquellas personas que no me respeten —escupí en su rostro para luego torcer mis labios en una sonrisa—. Su hijo me ama tal cual soy, no es mi culpa que usted no pueda generarle el mismo tipo de afecto...

Tan pronto como finalicé mis filosas palabras la palma de su mano impactó fuertemente contra uno de mis pómulos provocando un sonido sumamente ensordecedor.

Jadeé hundiendo mis cejas al sorprenderme de su actitud violenta e inesperada. Sentí un pequeño nudo en mi garganta ante su acción, la poca actitud valiente que poseía se había roto en segundos. Me sentía desprotegida, desvalorizada, mis padres nunca me habían levantado la mano ¿por qué Emilie se creía con la suficiente autoridad para realizarlo?

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas al no entender qué ocurría, ¿acaso era pecado enamorarme genuinamente de su hijo y transformar ese amor en una potencial criatura con nuestros genes mezclados?

—Me encargaré de que Adrien sepa sobre esto —relamí mis labios masajeando levemente la zona impactada para aliviar el ardor generado—. Él...

—Él no se enterará de nada porque tú no abrirás tu sucia bocota de niña insolente —observó ligeramente a nuestro alrededor para luego volver a enfocar sus maliciosos ojos en los míos—. No permitiré que arruines lo que tanto merezco después de muchos años.

—No estoy arruinando nada —me defendí con voz ahogada sintiéndome sumamente pequeña a su lado.

—Sabía que Adrien ventilaría todo acerca de la herencia la noche en que se lo comentamos —negó con su cabeza como si el hecho de pensar en su hijo la hiciera sentir decepcionada—. No sería ninguna novedad que tarde o temprano te comentara acerca de ello y veo que tú no has perdido oportunidad con la información y has llevado a cabo el plan de encajarle un bebé a mi pobre hijo.