Adrien
—¿Entonces por una patética e inexistente situación te has puesto celosa y has acabado bebiendo de más?
Marinette asintió escondiendo avergonzada su rostro en mi pecho desnudo.
Reí internamente mientras la abrazaba acariciando su cabello azabache con ternura para luego llenar de besos su cabeza.
—Juro que no se me ha escapado nada más, sólo fue un pequeño desliz.
—Celos —sonreí molestándola.
—¿De esa? ¡Por favor!
—Mi princesa celosa —continué sintiendo cómo se removía entre mis brazos para alejarse—. Estoy bromeando, quédate un poco más en la cama.
—No.
—¿Por mi? —me separé buscando su rostro para mirarla con ojos de perro abandonado.
Marinette cerró fuertemente los suyos para evitar caer, era una técnica que siempre funcionaba.
—Eres un jodido tramposo —se quejó abrazándome con una de sus piernas mientras volvía a esconder su rostro en mi pecho.
—Me obligas a usar mi arma secreta.
—No era una situación límite.
—Dejarme solo en la cama un sábado por la mañana ¿no es una situación límite?
Ella rio alzando la vista mirándome con sus ojos brillantes y preciosos.
—Yo solo creo que es hora de que dejemos la pereza de lado, tomemos una ducha y vayamos a hacer las compras.
—No creo que sean compras urgentes —acaricié su pierna desnuda para luego apretar su glúteo atrayéndola más hacia mi.
—Tú eres quien cocina —su mano intentó alejar la mía inútilmente—. Así que sabes perfectamente que debemos volver a llenar nuestra alacena y heladera.
Suspiré derrotado, ella tenía razón.
Aún así, teníamos todo el bendito día para realizar las compras. Además este tipo de momentos entre nosotros después de tener relaciones realmente era tranquilizante.
Marinette era de las que amaba recibir caricias en su piel a modo de masajes. Por mi parte amaba sentir el contacto de su piel con la mía y la manera dulce que tenía para llenarme de besos de manera desprevenida.
—Ayúdame a hacer la lista —propuse dejando pequeñas caricias en su cintura—. Faltan verduras, excepto espinacas, esas se nos han podrido al no utilizarlas.
—No más espinacas —rio cortamente para repasar mentalmente—. Tenemos un poco de frutas pero podríamos comprar unas manzanas verdes.
—Copiado.
—Leche, huevos...
—Los tengo —sonreí travieso encontrando su mirada de pocos amigos pero que igual hacía esfuerzos por no reír—. Aunque luego de esta mañana...
—¡Adrien!
—No, Adrien no —fingí enojarme atrayéndola hacia mi regazo sintiendo cómo sus muslos me aprisionaban las caderas.
Marinette rodó los ojos divertida observando cómo tomaba asiento con ella encima y la rodeaba con mis brazos mientras la azabache mantenía una actitud serena.
—Yo soy tu amor, tu vida, tu corazón, tu bebé, tu gatito, tu bichito.
—Por supuesto que lo eres —tomó mi rostro con ambas manos para luego frotar nuestras narices—. Pero también eres un jodido pervertido.
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Forever us || Adrinette +18
Roman d'amourSecuela de «Love Story» Un pasado complicado, un secreto y viejos fantasmas -hasta entonces desconocidos- resultan un detonante. ¿Logrará desarticular a la pareja? ¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤ ↪Los personajes le pertenecen a Thomas Astruc. ↪La hist...