« XXVI »

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Marinette

Desperté ante la sensación de relajación en cada centímetro de mi cuerpo. Había perdido la cuenta de la última vez que había logrado dormir sin sufrir pesadillas o insomnio. Suspiré sintiendo la suavidad y el delicioso aroma que desprendían las sábanas nuevas de mi cama. Me fue inevitable no restregar el rostro contra mi almohada sin querer abrir los ojos aún.

Echaba de menos este tipo de despertares.

Me giré hacia el otro lado estirando mis extremidades al tiempo que visualizaba a mi chico durmiendo boca abajo. La desnudez de su torso me permitió observar detenidamente su ancha espalda y la manera en que había fortalecido sus músculos.

Suspiré con pesar al pensar que esto no sería nada fácil para él y el hecho de encontrarlo firmemente a mi lado me hacía amarlo aún más. Adrien era la definición de amor, compañía, seguridad, protección, odiaba pensar que era la persona que más había salido lastimada de todo este problema.

Verlo dormir plácidamente era un alivio visual porque claramente enfrentar a Emilie había resultado ser algo desgastante tanto para él como para mí. No pude llevarle la contraria cuando me ordenó que tomara una ducha para que pudiera descansar.

Él mientras tanto se encargaría de cocinarme algo nutritivo y delicioso porque habían transcurrido muchas horas sin comer algo.

En cuanto salí de la ducha reparé en que había cambiado las sábanas de mi cama, había esparcido un agradable aroma a lavanda y un vaso de agua yacía sobre mi mesa de noche con unas deliciosas patatas gratinadas. Luego de ello me enfundé únicamente en unas bragas sueltas, alcancé a comer muy poco porque francamente la cama era mi único objetivo en ese momento.

—Mi bichito —susurré para luego acercarme y besar su nariz con ternura, sin embargo, nada de ello lo despertó porque aún brotaban pequeños ronquidos de sus labios.

Me enderecé quitando la sábana que cubría mi desnudez para luego sentarme en su espalda y apoyar mis manos a cada lado de su cuerpo, cuidando de no aplastar a minibug para, seguido a ello, comenzar a regar pequeños besos en su cabeza, omóplatos, sus orejas.

—Mmh —soltó a modo de queja fingida esbozando una media sonrisa con sus párpados aún caídos—. ¿Ya llegó navidad?

Solté una risita en cuanto estiró sus brazos hacia atrás intentando tocarme. Sus manos repararon en mi desnudez para empezar a masajear con sus yemas la piel de mi barriga, muslos, brazos.

—Aún seguimos en Junio —musité besando su oreja para luego volver a enderezarme apoyando mis manos en su espalda—, pero puedo darte una noche buena.

—Pervertida —sonrió para luego abrir completamente sus ojos y girarse despacio en su lugar para mirarnos cara a cara. Sus ojos repararon en mi cuerpo desnudo haciéndome sentir un tanto avergonzada pero con deseos de que aún me mirara de esa forma que tanto me gustaba—. Joder, pero qué mami más bonita y sexy.

—¿De veras? —pregunté al dudar por si aún continuaba dormido—. Mi piel se ha estirado bastante y...

—Y es completamente ¿esperable? —respondió divertido descansando las palmas de sus manos en mis muslos—. Te lo he dicho una vez y te lo diría mil veces para recordártelo, aunque utilizaras una bolsa de residuo en tu cabeza igual me gustarías muchísimo —esbozó una sonrisa que fácilmente podía derretirme al mirarlo—. Y creo que no he tenido la oportunidad de decirte lo preciosa que luces embarazada. Y apetecible, claro.

—¿Apetecible? —reí sin poder creerlo—. Lo dices porque me han crecido las tetas solamente.

—Y estás en lo cierto —alzó sus cejas dibujando la perversidad en sus gestos faciales que desaparecieron en cuanto intenté manotear su rostro—. Hey, no me has dejado terminar.

Forever us || Adrinette +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora