Prólogo

85 7 2
                                    

Me costaba ver y respiraba con algo de dificultad. Ante la necesidad de moverme y cubrirme, me arrastré por la tierra sin pensarlo dos veces, llenándo mi ropa de toda clase de suciedad posible.

Desde hace minutos el sonido en la habitación era nulo y eso no era una buena señal. El silencio era peligro.

Ahoge el aire en mis pulmones para que mi repiración pasara desapercibida, no era conciente de las personas que seguían en la batalla, sin embargo, sabía que quedábamos John y yo.

Poco a poco me di cuenta de que el resto estaba en el suelo, a unos cuantos metros de mí.

Nunca detuve mis movimientos y fui directo a la roca para ocultarme de mis contrincantes y un momento después darle señal a mi único compañero de que me cubriera. Solo teníamos una oportunidad.

Estaba demasiado concentrada en mis pensamientos que el ruido de un fuerte disparo junto a mi me tomo por sorpresa.

Era John. Ahora, yo era la única. Todo quedaba en mis manos.

Comenzaron a disparar en mi dirección y por un momento pensé que acabaría todo en ese instante, pero me obligue a levantarme y correr entre los arboles. Nunca pensé que tropesaría y mi arma saldría volando fuera de mi alcance.

Escuche unos pasos acercandose, me levante lo más rápido que pude y me aventé a mi arma como una escena digna de una película de James Bond.

Hubo más disparos, pero logre esquivarlos y salvarme una vez más. Estuve ahí lo que pareció una infinidad, esperando. Viendo a los ojos a mi rival.

Solo una persona me buscaba. Eso era mucha ventaja.

Decidí rodear y cuando estuve fuera de su vista salté y lo empuje por su espalda.

El chico cayó por falta de equilibrio y su arma fue a parar a mis pies. La pateé aún mas lejos, junto al cuerpo de mi amigo John.

Me posicione frente a Él y separe mis piernas ligeramente poniendo todo mi peso del lado derecho, arqueé mi ceja apuntando con mi arma ardiente al contacto con mi mano.

Y disparé...

UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora