17 de Septiembre del 2014
La mañana empezó al segundo uno de You Only Live Once en la alarma, habían pasado meses de que no dormía así de bien, desde el inicio del semestre, cambiarse de casa y dejar amigos de lado, yo sentía subir y subir los problemas pero no.
Hoy no.
Me desperté cantando con alegría de manera inusual y de nuevo en algunas semanas pasó el recuerdo de Hanna por mi cabeza, aunque esta ocasión de una nueva y bonita manera melancólica.
Esta canción que utilizaba como despertador guardaba montones de recuerdos gratos entre nosotros, y entre cada repetición de la melodía cada línea me hacía más sentido, el número de teléfono seguía en la memoria ram y la idea repentina de volverla a buscar después de tantos años parecía brillante.
Solo vives una vez y el mensaje arriesgando a que haya cambiado su número no es una locura despues de todo. Podríamos ponernos al tanto en un almuerzo en la cafetería de la calle 3, o hablar por horas en el celular.
"Hola, Hanna. Soy Emily, quería saber si te gustaría encontrarnos uno de estos días :D"
Hacía un bonito día para ser feliz, libre y valiente. De todas maneras, el día anterior había acontecido de maravilla. Cada paso camino a la escuela fue genial, caminé un largo tramo desde el trabajo de mamá en jeans cortos y con la mayor seguridad de todas.
Incluso se podría decir que hice una entrada en mi llegada a la preparatoria.
—Vaya, pero que sorpresa, por primera vez no eres la niña misteriosa que atrae a medio mundo. — escuché a Andrea decir cuando atravese la puerta de la escuela con la energía vibrando en cada poro de mi cuerpo —Ahora eres sexy y feliz al mismo tiempo.
Sonreí besando su mejilla cuando alcancé su lado. —No me coquetees, y menos si es con una descripción de ti misma.
—¡Hasta hablas más de la cuenta! ¿Qué ha pasado contigo? .—exclamó sorprendida caminando trás de mí hacía la maquina dispensadora.
—Nada, que seguí tu consejo. —toqué las teclas y esperé mi pepsi salir. — y ahora todo esta genial con Steven, mejoramos mucho ayer. — añadí una vez que le di el sorbo a la bebida.
—¿Qué jámas habías pedido perdón en tu vida?. —se burló, y entonces en un segundo recordé que nunca me disculpé por lo que pasó en casa, ni dije la verdad sobre ello.
—Contigo no. — suspiré. Ella estaba confundida un poco, pero creo que sospechaba a donde iba. —lo siento mucho por lo que pasó en mi casa la otra vez, por intentar besarte y eso. Estaba enojada con todo mundo y nada me importaba lo suficiente.
—Bueno, tú haz dicho, hoy es día de perdonar. Dejemoslo atrás y actuemos como si nada, que a parte Jack va a ser un gillipollas en un instante.
Sentí los brazos tocando mis hombros entonces, no sabía que tanto había alcanzado a escuchar pero esperaba que no fuese un desastre. Por extraño que parezca, tampoco me importaba si cada persona en estos pasillos se enteraban de esto.
—¿Qué tal si en lugar de hablar mal del progimo vamos a la cafetería? Estoy hambiento
Asentí sin pensarlo, perdí la cuenta de las veces que me había saltado clases, pero entendí que era la última vez que podía hacerlo una vez que mi trasero tocó la silla azul. Andrea y Jack hicieron fila para pedir y yo los miré de lejos apartando lugar, aun con la soda en mis dedos.
Por más que ambos estuviesen convencidos de qué no se caían bien mutuamente, salían mucho para ser realidad. Y se excusaban de ello en mi nombre, inclusive si estaban juntos y yo a metros de distancia.
Por el rabillo del ojos sentí la fuerte presencia de alguien caminar, era Ryan. Ya mucho tiempo había pasado de todo y no le veía tan seguido. Él seguía igual solo que con la pequeña figura de Brenda en su brazo, casi siguiendole el paso.
Un sonido me atrajo en unos momentos, era las bandejas de comida tocando la mesa, me distraje observando discretamente a mi alrededor.
—Le decía a Andrea que hace mucho que no hacemos hamburguesas en mi casa.
Oh por Dios, Jack estaba sacando el tema a colación para que la invitara yo a comer juntos. Y me sorprendía por su personalidad reservada y su imposibilidad de sentir atracción por alguien.
—Deberíamos hacer e invitar a Steven. —no lo pensé hasta que escuché las risas frente a mí. Me sonrojé.
—Ni siquiera a mi me has invitado a una y ya vas a invitar al bombon de la clase de música. Emms, estas perdida. —dijo ironicamente Andrea y entonces empezó a comer.
—Que no se te ocurra, hemos dicho que no es sano que te enamores de cada persona que conoces. —un comentario había sido suficiente para despertar el lado insintivo de Jack y me parecía molesto que todos cotillaran de mi supuesta vida emocional cuando tenía a estos dos chicos compartiendo lado.
—No me había dado cuenta de que hablas muy diferente desde que conoces a Andrea.— disimulé con inocencia, pero dije con las contrarias intenciones.
Jack se atraganto un poco, pero era tan inteligente que no dejaría escapar la oportunidad de echarme lo mío en cara.
—Tú de pronto ya no te callas con nada. Eso es aun más alucinante.
—Bueno, diferente no siempre es malo. Yo me siento bien diciendo lo que pienso, le mande a Hanna un mensaje para ver si podemos hablar, esta vez ambas y no solo ella. —di un sorbo a la lata. —con Steven todo esta bien desde ayer. Y pienso que deberíamos hacer una super parrillada con Ryan y los chicos.
Sentí la tensión de un momento a otro y el caos venir. Ultimamente no sabía si el problema con Ryan era mio o de Jack.
—Emily, entiendo que parezca liberador estarte disculpando con todo mundo y haciendo las pases y eso, pero realmente no creo que sea buena idea acercarte ahí. —dijo seriamente Jack, que casí nunca pronunciaba mi nombre de esa manera.
—Jack tiene razón, quiza no es momento de que lo busques. Puede que no estes preparada para esa platica tan pronto. —secundó Andrea. No sé porqué no me sorprendía que ambos estuvieran de acuerdo.
—¿Y cuál podría ser el mayor conflicto? —intenté restarle importancia ya que en serio no comprendía el alboroto.
—Bueno, es que Ryan regresó con Brenda. Y ya sabes que ese puede ser el gran problema.
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Uno
Teen FictionSostengo toda emoción que pueda traicionarme, debo elegirme a mí primero aunque sea para seguir con vida, aun así lo oculto para que sea imposible leer lo que pienso. Pasa todo en un microsegundo, en que entrecierro mi ojo y finalmente lo hago. Y di...