Capítulo 6

16 1 0
                                    

8 de Septiembre del 2015

—¿No quieres acompañarme?.— pregunté tratando no sonar decepcionada y lográndolo muy bien al parecer.

Llevaba días evitandome lo más posible, pero no lo había hecho tan notorio hasta ahora.

—Tengo que irme ya. — respondió mirándome con esos ojos azules que de pronto ya no veía todas las mañanas. — No tienes problema con llegar sola, ¿verdad? — preguntó visiblemente incomodo con sus manos en dentro de sus bolsillos.

—No. — le di la sonrisa más falsa que alguna vez hubiera tenido que plantear en mi rostro y como tenía que ir a clases me di la vuelta resignada para llegar a mi salón de música.

No entendía bien como había pasado esto. Mentiría si dijera que no estuve enfada por unos minutos, porque incluso estuve casi arrastrándome al salón y caminando más rápido de lo normal para que Ryan se diera cuenta y me detuviera.

Él no lo hizo. Y eso me puso de mal humor toda mi tarde porque tuve que entender que mis emociones ya no le importaban.

Cuando puse un pie en el salón de clases designado para la clase de música pude darme cuenta de dos cosas; que el único lugar disponible estaba muy enfrente y me tendía que sentar ahí, y que él chico del libro había pasado su tiempo en esta clase el lunes pasado.

Me vi tentada a acercarme, pero ahora que veía que todos esos chicos estaban a su alrededor, me acobardé y no dije nada, solo me senté en la silla que estaba vacía y justo en frente del maestro. Además ¿qué se supone que diría o haría ahora una vez frente a él?

—Bien, como decía...— escuché hablar al maestro en clase justo después de que aclarara su garganta, usaba una boina de cuadros para ocultar un poco su calvicie y parecía algo intimidante ahora que se encontraba molesto por mi tardanza. —las audiciones serán la próxima semana. Y les recuerdo que después de los primeros cinco minutos no se puede entrar al aula.

Me sonrojé, los problemas con Ryan carcomían tanto mis pensamientos que olvidé pedir permiso para entrar y también llegué tarde al taller, introduciéndome ante todos como una persona irresponsable.

Froté mi rostro con vergüenza, esperando que el color rojo de mis mejillas desapareciera y deseando hacerme chiquita o simplemente no haber asistido ese día.

Los ejercicios me obligaron a no pensar en nada, quise compensar mi impuntualidad con una buena atención y entonces pude conocer al chico de la bufanda que tomó el libro antes que yo.

  —Te llamas Steven ¿Verdad?— Le pregunté cuando me acerqué mientras el maestro le daba algunos consejos a dos estudiantes.

No contestó y ni siquiera volteo la mirada de los chicos.

Creo que jámas me había ignorado alguien así.


9 de Septiembre del 2015


Ya está. Fue todo entre Ryan y yo. Y para colmo se ha llevado a todos sus amigos, dejándome solo a Jack a mi lado.

Su lado filosófico había servido estos dos días para darme cuenta de que no estaba sola. Tenía suficiente compañía a su lado y después tendría más amigos. O eso creía antes de que un chico grosero me ignorara por completo ayer.

—Emily .— susurró la voz grave de Jack a mi lado. Estábamos viendo una película en su casa desde hace media hora.

Y yo no había prestado atención en ningún momento.

—Voy a audicionar.— respondí, dejando salir mis fugaces pensamientos y sin importar lo más mínimo que me preguntaría después.

—Okey, eso es genial.— dijo un poco desconcertado e hizo una pausa tan larga que pensé que no contestaría algo más.— ¿pero para qué?

Suspiré mentalmente, pero sin salir de mi estado de fantasía.

—Clase de música—. respondí —Creo que harán un espacio en el evento deportivo del próximo mes y quiero cantar. — jamás había cantado con público, no sabía de dónde había sacado la idea y me sentía nerviosa. 

Pero lo quería hacer.

Jack sonrió lentamente —Entonces audiciona.

—Ayúdame, canta conmigo. — rápidamente negó la cabeza sin dejarme terminar.— Anda, por favor. Es más fácil cantar a dueto que yo sola. Nisiquiera sé si tengo panico escénico.  

—Oye, yo solo quería que me pasaras las palomitas. A mi no me metas en esto. Yo no canto.— se inclinó a tomar el tazón, en mi mente pasaban excusas y excusas para retractarme a mí misma.   — ¿por qué no cantas con alguien de tu clases.

—Jackass, ¡no conozco a nadie en clase! Apenas empecé en esta escuela.— resoné mi garganta, no me había percatado que seguíamos murmurando —solo conozco al chico que me ganó el libro en biblioteca la primera vez que entré.

Diablos, no pensé lo que dije. Ahora es imposible convencerlo de que se presente conmigo.

—Pídele que cante contigo. Yo ya hago suficiente al ser tu consejero, no me hagas cantar por amor a Dios y todo lo que existe en el mundo.

—No voy a hacer eso. — suspiré, pero no insistí más porque son pocas las veces en que Jack es irracional con sus palabras o exagerado, supe que no cedería ante mi requisito. Su cara estaba palida y seguía negando despacio con su cabeza aun cuando continuaba viendo la película.

Creo que tendré que entablar más relaciones con mi grupo de música. Y eso no me agrada tanto.

Maldito Steven bastardo infeliz, jamás me habían negado una charla y ahora no tengo suficiente confianza en mí.

UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora