Un último adiós. (Editado)

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POV DRACO:

Blaise me observaba con una mirada severa, su enojo era palpable. Tal vez no debí llamarla así a Airam, pero viendo su reacción, cualquier pizca de arrepentimiento se desvaneció. Ella seguía siendo mi ángel, porque aún al mirarla, sentía esperanza. Tenerla a mi lado esos pocos minutos me había calmado, y por un momento, el dolor de la pérdida de Astoria se desvanecía.

-No debiste llamarla así, Draco-. dijo Blaise con firmeza.

-¿Por qué no? Aunque ya no seamos novios, sigue siendo un ángel para mí.

-Sí, bueno, un ángel al que hace mucho tiempo le cortaste las alas-. replicó Blaise. Sus palabras me atravesaron como un cuchillo, recordándome la profundidad de mi traición. Siempre me había arrepentido de haberle hecho daño, de eso no cabía duda. No sabía de dónde había sacado el coraje para mirarla a los ojos.

-No me mires así, Draco. Antes de ser tu amigo, soy su hermano, y su bienestar siempre estará por encima del tuyo.

-No quiero hablar de eso ahora. Vine por algo mucho más serio, Blaise.

-De acuerdo, pasemos a mi estudio, pero primero cámbiate de ropa. No quiero que sigas mojando mi casa.

Nos dirigimos hacia el estudio, la lluvia golpeando las ventanas como una sinfonía melancólica. Mientras me cambiaba, mi mente volvía a aquellos instantes con Airam, a la intensidad de su mirada, al dolor y la ira que se escondían detrás de sus palabras. Ella siempre había sido mi faro, mi luz en la oscuridad, y ahora, más que nunca, sentía la desesperada necesidad de encontrar consuelo en su presencia, aunque fuese solo una sombra del pasado.

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El estudio de Blaise era un refugio de tranquilidad, un contraste acogedor con la tormenta que rugía afuera. Sentí un nudo en la garganta mientras me sentaba frente a él, sabiendo que las palabras que estaban por venir cambiarían todo.

-Blaise, hoy perdí a Astoria-. dije, mi voz quebrándose. -Nunca me prepare lo suficiente para este momento, ni siquiera sé cómo se lo diré al pequeño de Scorpius.

El silencio que siguió fue pesado, cargado de una tristeza compartida. Blaise asintió, su rostro suavizándose.

-Lo siento mucho, Draco. Sé cuánto significaba para ti. Haremos todo lo que sea necesario.

Mientras Blaise hablaba, sentí una mezcla de alivio y desesperación. Sabía que el camino por delante sería arduo, pero en ese instante, rodeado por la lealtad y el apoyo de mi amigo, me sentí un poco más fuerte. Y aunque el reencuentro con Airam había sido doloroso, también me recordó que la vida sigue, que aún en la tormenta, hay momentos de claridad y esperanza.

-Sé que debería estar a su lado en estos momentos, debería estar viendo lo del sepelio, pero siento una impotencia muy fuerte hacia ella. No porque se haya ido tan rápido, sino porque, sin darme cuenta, también contribuyó a mi miseria.

-Primero que nada, siento mucho tu pérdida. No puedo imaginar cómo se sentirá el pequeño Scorpius al saber que su madre no va a regresar. En segundo lugar, ¿a qué te refieres con que ella también contribuyó a tu miseria?

-¿Te acuerdas de la carta que te di para que se la enviaras a Airam?

-Sí, claro. Me la diste a mí porque tus padres te tenían vigilado y no te querían cerca de ella.

-Bueno, también te debes acordar de que ella nunca me contestó. - Blaise asintió, su expresión grave. - Al parecer, esa carta nunca llegó a sus manos, porque Astoria se encargó de que no lo hiciera.

Y aún así te esperé ✨️Draco Malfoy✨️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora