Lovely vibes

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Reflexivo y pensando en el pasado, Camilo se encuentra sentado en su habitación, recordando el día en que conoció a Erika, una chica nueva en su salón. Camilo no pudo evitar sentir una genuina atracción hacia ella desde el principio. Su situación actual lo lleva a rememorar cómo su amistad no fue la mejor al principio, pero él ha estado esforzándose para mejorar las cosas.

Hace ya algún tiempo en el pasado, una nueva estudiante entra por primera vez al aula de clases. Su simple presencia llama la atención de sus compañeros, incluido Camilo. Sus ojos parecen esquivar todas las miradas, cada vez más perdidos en sí mismos. Con pasos cortos y muy definidos, se posiciona al frente del salón, lista para iniciar su presentación.

- Me llamo Erika... Anaís - Dijo tímidamente

Su mirada baja y su evidente nerviosismo hicieron que su bajo tono de voz apenas se pueda escuchar al fondo del salón, pero Camilo estuvo siempre muy atento a las palabras que salían de aquella chica.

"Escuchar su voz por primera vez fue... algo lindo. Se escuchaba tan tímida, tan tierna y linda. Había algo en ella que me hizo sentir diferente, tal vez era la forma en la que se expresaba, o tal vez fue como jugaba con sus manos. No lo sé, quizás nunca lo sabré, pero intenté que no se notara", piensa Camilo mientras se termina de alistar.

Las cosas no mejoraron mucho después de eso. La personalidad tímida de Erika chocaba con la impulsiva de Camilo. Sus pequeños encuentros no terminaron muy bien para ambos, pero quién diría que una serie de eventos triviales lograrían que ambos tuvieran una cita, su primera cita.

"No fue la manera más limpia... pero lo logré", recuerda Camilo la forma en la que logró que ese evento se llevara a cabo. 

Compró una flor, planchó su camisa y se dirigió a la dirección que le había dado una amiga suya por pura casualidad. Tocó la puerta y un hombre de rasgos similares a los de Erika la abrió.

- ¿Y tú eres? - Dijo sin mostrar la más mínima expresión

- Yo, eh... invité a salir a Erika. Soy, soy Camilo - Extendió su mano, pero aquel señor lo ignoró

- No sé como lo hiciste pero si estás aquí es por algo. Ten mucho cuidado, ¿oíste?. Es todo lo que diré.

Los ojos de Camilo quedaron perplejos por el comportamiento de aquel señor. Quedaron aún más desconcertados cuando Erika se mostró. Camilo dio un suspiro y le entregó el obsequio que había comprado. Quizá avergonzó un poco a Erika, pero la intención es la que cuenta.

Su cita iba de maravilla, jugaron en máquinas de arcade, vieron una película, y hablaron un poco sobre el uno al otro. Sin darse cuenta, en algún momento Erika sostuvo su mano, y el corazón de Camilo dio un salto.

A pesar de ello, Camilo volvió a hacerle caso a sus impulsos, y besó a su desprevenida acompañante. Eso fue lo que volvió a alejar a Erika, quizá tanto como después de su primer día de conocerse.

"Pero está bien, me disculpé, aunque debería volver a hacerlo".

Volviendo a su realidad, y, después de una larga caminata y algunos recuerdos, Camilo arribó a su destino.

Tocó la puerta y esperó con ansias mientras el padre de Erika abrió la puerta. Aquel hombre no ha cambiado nada desde su último encuentro.

- Camilo, ¿cierto? - Preguntó firme

- Sí, lo soy. Buenas tardes. - Retrocedí

- Hmmm... - Se detuvo a pensar - Asegúrate de traerla a casa a una hora razonable.

¿Erick o Erika?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora