Ciertamente, la propuesta de mamá es una idea interesante. Me dio la oportunidad de continuar lo que ella inició, o empezar de nuevo como era antes, con todo lo que aprendí en mente.
Está claro que fue una decisión muy difícil, pero después de toda una noche sin dormir, por fin lo tengo claro.
Y la verdad es, que no me perdonaría si no continúo con mi vida como chico, como lo hacía antes. Quizás disfruté del tiempo que pasé como Erika, pero también me estuve haciendo daño durante mucho tiempo, sin darme cuenta.
Nadie me obliga a continuar con esta farsa, incluso mamá dijo que es mi decisión. Yo no soy una chica, y nunca lo seré. No puedo seguir engañándome a mí mismo, ni a Anaís y Adriana, ni mucho menos darle falsas esperanzas a Camilo. Ese fue por mucho, la peor de mis decisiones.
Me siento muy mal por los amigos que dejaré atrás, sin embargo, sé que esto es lo mejor. Sip, esa es mi decisión.
El profundo olor del perfume de rosas impregnado en las paredes de mi habitación solo hace que dude de mi decisión, pero no esta vez. El espejo me mira y me muestra los errores que había cometido por un momento de felicidad. Que equivocado que estaba. Lo que alguna vez fue rosado, ya nunca lo será.
¿Hmm? Un mensaje de mi mamá me despierta de mis pensamientos. Quiere que nos veamos en una cafetería del centro, en la plaza.
Perfecto.
Las pestañas y uñas postizas me hunden más en una depresión de la que no hubiera sido capaz de salir si todo continuaba como lo hacía, victima de la feminidad superficial que mamá me obligó a adoptar. Me escabullo en silencio a la habitación de mi hermano y tomo algo de ropa de chico. Dios, no me acordaba de lo áspera que es.
Trato de esconder los restos de feminidad frente al espejo, pero las pestañas y el cabello me delatan. Tomo también una gorra y un par de gafas para el sol.
Salgo de casa sin hacer mucho ruido en el proceso. Me preocupa lo que mamá dirá, pero sé que esto es lo que quiero.
- Entonces, ¿esto es lo que realmente deseas?
- Perdón, sí, debí consultarte antes - Respondí - Pero es lo mejor para los dos.
- ¿Y si te arrepientes? ¿Y qué hay de mí?
- No lo haré, Erika, esto nunca debió pasar y sabes que es verdad. Y sobre ti, no hay mucho que pueda hacer. Lo... lo siento, no sé que decirte.
- No vengas a llorar cuando las cosas no salgan como quieres, Erick.
- Hablas como si no me conocieras. He crecido, ambos lo hicimos. No somos las personas que éramos, ni tu ni yo.
- Haz lo que quieras, sabes que te apoyo de todos modos.
- Gracias, Erika, te quiero mucho y... perdón por todo.
...
Respiro profundamente antes de entrar en la cafetería. Me invaden los nervios, pero en el fondo sé que no tengo nada que temer.
Bien, aquí voy.
Erick: Hola, mamá - Dijo sin acercarse - Antes de que digas algo, quiero que me escuches.
Mamá: Dime - Frunció el ceño
Erick: He estado pensando mucho en lo que me dijiste el otro día. He tomado una decisión y... quiero que todo esto acabe, y volver a la normalidad de Erick. Ya no seré más tu hija, tampoco seré tan desobediente - Le mostró una hoja - ¿Ves? Cumplí todos los requisitos que pusiste, al pie de la letra. Ese estilo de vida al que me acostumbré solo me hizo mucho daño, y de haber seguido, solo me hubiera arrepentido por el resto de mi vida - Exhaló
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¿Erick o Erika?
Teen FictionErick es un chico un tanto... problemático. Para variar, esta vez ha sido castigado de una manera diferente. ¿Cómo? Será obligado a vestirse de chica, descubriendo eventualmente una nueva perspectiva del mundo que le rodea, dudando de si mismo, dud...