Touch and Touch 5

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Llevaba un poco más de dos meses en ese lugar, había seguido a la misma persona durante ese tiempo y aún le era difícil sentirse cómodo en su presencia, lo cual debió ser fácil de llevar porque eran la misma persona, casi, casi, pero no lo era en absoluto, morales era una persona difícil de entender y de leer, demasiado serrado que aun para Miles y su brillante personalidad le era difícil llevar una charla con él.

Pero ahora, justo ahora, viendo a Morales dormido, podía ver su rostro relajado, sin el ceño fruncido, serio e impenetrable de siempre, incluso podía decir que su aroma a cítricos era más neutral y no tan asido.

Se parecía mucho más a el de ese modo.

Y el hecho de que le gustara aún más de esa forma debió haberlo hecho sentir raro porque ¿Cómo podía gustarle alguien que literalmente era él?

En ese momento Miles dejo de negarse que le gustaba Morales, se había sentido asustado, no, aterrado con la simple idea de no lograr rescatarlo y que muriera en el tren. Muy apenas lo conocía, estaba claro que no estaba profundamente encariñado o enamorado de ese hombre, pero le gustaba comer pizza con el de vez en cuando después de un largo día de investigación, le gustaba dormir aunque fuera en el piso de su habitación y sobre todo le gustaba mirarlo en todo momento, le gustaba su presencia y el cómo sus aromas similares se mezclaban a veces sin querer.

Suspiro pesadamente.

Sus manos querían acariciar el cabello de morales, desatar sus trenzas y enredar los dedos en el cómo lo había hecho la primera vez que estuvieron recostados juntos en esa cama, quería sentir la paz y tranquilidad que había sentido, ignoraría por completo lo raro de la situación si solo sintiera que los sentimientos son mutuos entre ellos.

No supo en qué momento se agachó para juntar sus cabezas y respirar aliviado el aroma que emanaba Morales, estaba bien, estaba a salvo, estaba con él y sobre todo estaba a su lado cuidándolo mientras descansaba, porque eso era lo que parecía.

Una sonrisa se cruzó en sus labios y una oleada de calma y alivio lo rodeo, volviendo a hacerlo sentir sueño, se sintió tan bien que debería estar mal.

No duro mucho.

La mamá de morales toco la puerta y sin esterar respuesta abrió la puerta, Miles a tiempo se volvió invisible y se alejó de Morales

El rápido zumbido de su corazón lo desconcertó de alguna manera, solo pudo percibir un poco la manera en que Morales se despertó y fijo su vista en la cama esperando mirar a Miles y haciendo un gesto extraño cuando no lo encontró, su madre volvió a hablarle una vez más solo para decirle que ya se iba al hospital y que había dejado comida en la estufa.

Cuando salió. Miles soltó el aire que no sabía había estado conteniendo y volvió a ser visible justo cuando Morales volteo a mirarlo otra vez con el ceño fruncido de siempre.

Miles suspiró, sí, estaba seguro de que lo estaba haciendo demasiado seguido y no estaba seguro de que lo causaba.

--- ¿Te sientes mejor? --- Morales hablo sacándolo de sus pensamientos, había un rastro en su aroma que denotaba algo de preocupación.

Este mundo hace todos tan transparentes en muchos aspectos, que no estaba seguro si él podía hacer algo para ocultar los sentimientos que estaban floreciendo.

Una pisca de disgusto en sí mismo lo hizo sacudir la cabeza para centrarse.

--- Si, gracias, ya sabes, por traerme hasta aquí --- Miles miro a Morales suspirar y pasarse la mano por el rostro, a pesar de haber estado dormido parecía cansado, recordó que morales había salido la noche anterior y que había llegado casi en la mañana. No se sintió con derecho de haberse desmayado, él debió haber sacado a Morales del tren después de haberlo detenido, en cambio, se había desmayado, no quería ni preguntar.

Dale MorenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora