Touch and Touch Epílogo

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La luna se estaba metiendo y el sol estaba saliendo, cambiando los colores obscuros del cielo nocturno por la luz rojiza del amanecer.

Ambos estaban sentados en el borde del último piso del edificio, mirando la ciudad y el amanecer que recién se aproximaba.

Tenía sueño, estaba desvelado y cansado, pero estaba feliz, se sentía pleno, en paz.

Llevaban ya unos minutos hablando de todo y nada y después se quedaron en silencio. Un silencio cómodo.

La luz del sol estaba llegando a su rostro, se estaba perdiendo del amanecer, pero la imagen de Morales, aun lado de él, era sin duda mucho más interesante, al final de cuentas habría muchos amaneceres por delante.

—Ya, deja de verme así, me da pena — Morales se pasó la mano por el rostro, Miles no podía creer que estuviera avergonzado por esto, pero era lindo ver al chico rudo y cerio que había conocido, estando un tanto cohibido solo porque Miles lo estaba Mirando.

¿Qué tipo de mirada tendría en su rostro para que Morales reacciona así?

—Pero ¿Qué tiene de malo? Te he visto desnudo ya un par de veces y no escuche que te quejaras, esto no debería ser más diferente. — Sí, burlarse de Morales sería su nueva pasión.

—¿Es así como va a ser siempre? —

—Mmm, posiblemente, solo deja que me acostumbre a esto, es cosa de Spider-Mans— Tal vez solo por un poco, pero el humor solía ser su escape de las situaciones incómodas, era algo de spiders o algo así, pero ahora puede ser que le gustara mucho hacerlo con Morales.

—No lo sé, eso hacen los niños pequeños, molestar a la niña que les gusta por no saber como expresar sus sentimientos.—

Miles rodó los ojos fingiendo estar molesto más que divertido.

—¿Insinúas que te molesto porque me gustas? Mal ahí, te molesto porque me gusta verte avergonzado, es algo nuevo—

—Y también por qué te gusto ¿No?—

—Sí, sí, sí, también porque me gustas—

¿Podía ser así siempre? Solo hablando sin más sobre cualquier cosa random, sin tener que pensar en lo que pasaría después, en sí tenían o no un futuro juntos y como lo llevarían todo.

Eso era algo que podrían pensar después, mucho, mucho después.

Por ahora eran esto, una relación sin nombre y sin un rumbo fijo.

—Tengo que irme, aún tengo que ir a la escuela y tú tienes que dormir— Morales se levantó con cuidado alejándose de la orilla.

—Yo me tomaré el día, por si gustas venir más tarde... o puede que sea yo el que vaya— Si Hobie tenía planeado dejarle el reloj a Morales, podrían turnarse para venir uno y el otro.

¿Dónde quedo el miedo de que esto no funcionara? Se sentía ridículo el pensar que solo hace unas semanas se había convencido a sí mismo que dejaría de sentir algo por Morales cuando saliera de ese universo y ahora estaban ambos tratando de construir algo.

—Tú, ve tú, te sabes todos mis horarios después de todo, así que espérame fuera de la escuela cuando salga.—

Era una ventaja después de todo, una muy buena el saberse los horarios de Morales ¿Cómo no se los sabría? Sí lo estuvo siguiendo por más de un mes.

—Perfecto— Miles también se levantó caminando hasta quedar frente a Morales. —Entonces, ahí te veo—

—Eso espero— se quedaron parados ahí un rato más, mirándose a los ojos, tal vez con una miraba boba.

Dale MorenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora