Touch and Touch Final

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¿Lo había llamado papi? Mierda ¿Por qué eso lo había puesto aún más caliente? Nunca había sentido lo que era la excitación sin feromonas, nunca había tenido ganas de meterse con un beta. Dios.

Morales trataba de no mirar, era demasiada tentación para una persona.

Miles lo miraba con tanto deseo que estaba seguro de que ni el mismo se daba cuenta, pero Morales estaba a nada de decirle que haría lo que fuera para que lo soltara y poder tocarlo como Miles quisiera.

Se supone que era él el que debería estar preguntando algo también, deberían estar hablando civilizadamente sobre sus sentimientos y después tomaría una decisión y no dejándose seducir.

Pero tenía la misma sensación de la noche en la que Miles lo había atado a la silla, como si estuviera siendo... ¿Seducido? ¿Controlado? Para decir la verdad.

Miles tenía un poder inexplicable sobre Morales, que era embriagador y debería asustarlo, pero no lo hacía, en todo caso solo hacía que le excitara el cómo Miles lo tenía atado y eso solo lo irritaba aún más.

Tal vez no era algo que se había producido por algo de su universo, tal vez era algo que podía hacer Miles, pero le enojaba la idea de Miles tratando de interrogar a alguien más como lo hacía con Morales.

Quería huir, pero estaba claro que Miles jamás lo dejaría ir así como así y claramente tampoco podía orillarlo a que lo hiciera.

— Esto es ridículo, debí haberme ido — No sabía de donde había venido eso, pero se sentía frustrado.

Era Miles el que había dicho que todo tenía que terminar o algo así ¿No? Entonces porque él era el que tenía que decir la mierda sentimental.

Miles es el que se había ido, no él.

—¿Sabes qué? Estoy muy cansado para las discusiones, así que no empieces con eso Morales, escuchaste lo que dije ayer ¿No? Déjate de rodeos y dime lo que tengas que decir para que pueda seguir durmiendo y tal vez solo tal vez puedas dormir conmigo —

¿Qué estaba pensando Morales antes de eso? Ni idea, pero eso era un buen incentivo, joder, claro que quería dormir con Miles.

— Sí, escuché partes de lo que dijiste ayer, pero no me quedo muy claro todo ¿No se supone que según tú dejarías de sentir cosas por mí? ¿Eh? — Bueno, Miles quería que hablara, hablaría — Porque justo ahora parece que estás pensando en mi boca sobre ti, se te ve, ni lo niegues —

Y realmente esperaba ver la cara de indignación y a Miles negándolo rotundamente, en cambio:

— Bueno, sí, pero no niegues que te encantaría tener tu boca encima de mí — Le dio a Morales una Mirada afilada que fue directo a su entrepierna. Miles negó y se volvió a sentar correctamente, pero no teniendo suficiente, se paró y camino hasta el otro lado de la habitación — Ya, necesito ser razonable — dijo más para sí mismo, pero aun así Morales lo escucho — Justo en la tarde me dieron nuevamente mi reloj, si lo hubiera tenido desde antes tarde o temprano hubiera ido a buscarte ¿Sirve de algo que lo diga? —

—De mucho — Dijo Morales sin pensarlo, claro que servía de algo, hacia las cosas menos unilaterales —Sigue hablando—

Miles suspiró, ahora que lo miraba así, parecía igual de cansado que Morales, tal vez estaba equivocado y Miles también había sufrido la desvinculación.

— Sentí que me estaba muriendo cuando durante una semana, después de eso pensé que podía dejarte ir, pero veme aquí, muy apenas puedo pensar cuando estás en la misma habitación... Así que lo siento, por todo lo que dije, puede que si esté un poco enamorado de ti. —

Dale MorenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora