Capítulo 13-Jeonghan

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"¿Ya os vais?" Cheol es el primero en darse cuenta de que Mingyu y yo hemos vuelto de curar su herida. Seguido de ello, todos giran la cabeza y el juego se ve interrumpido. No sé si él ha contestado ya pero yo asiento por los dos como respuesta. "¿Estáis seguros?"

"Nos vamos a congelar los huevos sentados en el banquillo. Hace un frío que te mueres aquí fuera si no te mueves." Y no le voy a llevar la contraria a Mingyu. Ya son pasada las siete de la tarde y el cielo ha comenzado a oscurecerse, pero ese no es impedimento para que los chicos dejen de jugar, claro que no. Conociendo a mi grupo, estarán encestando hasta la media noche. "¿Quién tiene las llaves?" Seokmin se las lanza de su riñonera—porque es el único que se la ha traído—y Mingyu las pilla sin ningún esfuerzo con una sola mano. "Nos vemos luego. No esperéis la comida lista, sois demasiadas bocas que alimentar para dos cocineros únicamente."

"¡Uno y medio! La ayuda de Wonwoo no es precisamente de chef." Yo asesino a Hoshi con la mirada tras la venda y él seguramente me esté guiñando el ojo de forma burlona. Tampoco dejo pasar la tensión que se crea de repente cuando nos quedamos en silencio y Mingyu me da un codazo para marcharnos. "¡Tened cuidado!" Continúa mi mejor amigo. "¡Las manos donde yo las vea!" Yo le enseño mi dedo corazón y todos empiezan a reírse a carcajadas y así es como los dejo atrás.

"No le hagas ni caso." Le digo a Mingyu cuando salimos de las pistas y retomamos el camino de vuelta a casa. Las farolas ya están encendidas y se escuchan de fondo los insectos intentando buscar un lugar en el que pasar la noche sin morir congelados.

"¿A qué precisamente? ¿A lo de la ayuda culinaria o a lo de las manos donde pueda verlas?" Noto el tono de broma que se escapa con cada palabra y me río con sólo imaginar que Mingyu se ha tomado en serio la segunda de las opciones.

"¿Ambas?" Mingyu se ríe y deja escapar el aire que tiene contenido en los pulmones. Con esta temperatura seguro que ha dejado salir una nube de vaho y no me extrañaría saber que tenemos las narices y las mejillas completamente sonrojadas por el viento gélido que se ha levantado en las montañas.

El silencio que nos acompaña los tres minutos siguientes es cómodo. Sí, hace un frío horrible y posiblemente en otra situación estaría rebuscando en mis cajones de "temas de conversación estándar" para sobrellevar el momento, pero con Mingyu dejo que el tiempo pase sin preocuparme demasiado por nada.

"Oye." Él es el primero en comenzar a hablar. Por lo general es el que toma normalmente la iniciativa y me pregunto si en algún momento se cansará de mis silencios. Puede que yo los tome como algo agradable pero ¿para él será lo mismo? "Quiero agradecerte lo de antes."

"Ya te he dicho que no tienes que agradecer nada. Te debía salvarte alguna vez como compensación a la fiesta."

"Supongo. Aunque espero que en este caso sí pueda recordar lo que ha pasado." Yo le miro. Bueno, no le miro, pero giro mi cabeza hacia él. Su respuesta me ha pillado desprevenido y...¿qué ha querido decir con eso? "Pero en serio, no es sólo que me hayas curado es también lo de la venda. Te la has quitado delante de mí dos veces ya."

"¿Dos veces?" Mi mente se nubla y retoma el recuerdo de Mingyu en la biblioteca de Namjoon, cuando fuimos a por un libro para su sobrino. "Oh. Sí, es verdad. En fin, te lo dije. Suelo quitarme la venda de vez en cuando así que..."

"Sí, pero-" Mingyu parece estar luchando con sus propias palabras. Le intentaría ayudar pero no entiendo qué tiene de importante que yo me quite la venda delante de él. "Desde que te conocí no te has quitado la venda delante de otra persona que no sea Hoshi o Joshua. Entiendo que lo has hecho con tu grupo muchas veces antes de conocerme pero yo soy un nuevo inquilino en tu vida. Quiero agradecerte que tengas la confianza de quitarte la venda a pesar del riesgo delante de mí, prometo evitar tu mirada lo máximo posible si eso te hace sentir con la libertad de estar sin ella conmigo."

PsicometríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora