Había pasado únicamente un año desde que me asignaron mi don cuando me di cuenta de que éste no se activaba con menores de doce años. Según pude entender, para la magia los pequeños son almas inocentes que deberían de disfrutar su infancia sin temores relacionados con poderes y sus consecuencias Sin embargo, también necesitaban recibir sus dones a una edad temprana pues en muchos casos, y yo soy un ejemplo de ello, a algunas personas les cuesta más acostumbrarse a su don que otras.
La cuestión es que, un año después de recibir mi don, mi familia decidió reservar unas vacaciones en la costa durante una semana en el mes de agosto. Llevábamos tiempo sin viajar todos juntos y consideraron que esta sería una oportunidad perfecta para dejar a un lado todos los meses de sufrimiento que había sufrido, a pesar de que la razón principal de ello me perseguía allá donde fuera.
Cierto es que el hotel en el que nos hospedábamos era el más grande que había visitado jamás. Me entretenía perdiéndome por sus largos pasillos repletos de habitaciones y habitaciones, las cuales eran idénticas unas a las otras. Mi objetivo cuando recorría las plantas junto a mi hermana era llegar a nuestra sala favorita, la de karaoke. Durante el día se convirtió en nuestro lugar seguro, mientras que por la noche nos turnábamos con parejas de ancianos que bebían los suficiente como para animarse a cantar las baladas con las que conquistaron a sus parejas. Para Hyo-ri, esa sala era pura diversión, para mí era el lugar perfecto para esconderme y poder quitarme la venda con tranquilidad. Aún sigo creyendo que mi hermana simplemente me acompañaba porque sabía que era la única forma en la que yo iba a poder disfrutar de las vacaciones.
La cosa cambió el penúltimo día de nuestro viaje, cuando nos encontramos con un cartel en la puerta del karaoke en el que se exponía: "EN REPARACIÓN: AUDIO AVERIADO. DISCULPEN LAS MOLESTIAS" en varios idiomas. Con un resoplo y con nuestro gozo en un pozo, Hyo-ri y yo tuvimos que desempolvar nuestros bañadores y bajar a la piscina, a pesar de que a ninguno nos hacía especial ilusión. No estaba del todo seguro, creía que no era buena idea meterme al agua con la venda y el socorrista pensó lo mismo cuando llegamos, avisando a mi hermana sobre el peligro que podía correr si la llevaba puesta. Ella casi acaba siendo expulsada de la zona, pues no paró de luchar con uñas y dientes para hacer entrar en razón al socorrista, prometiéndole que ella iba a estar conmigo en todo momento y que nada malo me pasaría.
Sí. Acabé metido en la piscina.
Sin venda.
Y con una hermana malhumorada al cien por cien.
El lado positivo es que no había demasiada gente, por lo que pudimos disfrutar sin problema en la parte más alta de la piscina, donde aún hacíamos pie. Allí los dos jugábamos a tirarnos agua y fue en uno de esos momentos, mientras yo trataba de huir del ataque de mi hermana contra mí, cuando me escurrí y acabé chocando en el proceso con el hombro de alguien que se encontraba detrás de mí.
Al girarme pude ver a una niña. No podía tener más de diez años, era rubia, de pelo llamativamente rizado y ojos muy grandes y verdes. En aquel entonces, para mí era muy raro encontrarme con turistas con rasgos diferentes a los asiáticos, por lo que embobado con las características de la pequeña, no me di cuenta de lo que estaba pasando, de que no estaba viendo a su alma gemela a pesar de estar fijándome en sus ojos constantemente.
"¡Wonwoo! ¿Estás bien?" Mi hermana se abalanzó sobre mí, inclinándose rápidamente a modo de disculpa cuando se da cuenta de la situación. "Lo siento muchísimo, ¿te has hecho daño?" La niña miraba atónita a mi hermana, pestañeando lentamente como si le sorprendiera la presencia de Hyo-ri.
"Oh my God, Leyla!" Los tres nos sobresaltamos cuando escuchamos la voz de una mujer corriendo hacia nosotros, el idioma nos dejó bloqueados a mi hermana y a mí. "Are you ok, my love? I'm so sorry." Esto último parecía que iba dirigido hacia nosotros, pues nos miraba con tristeza, preocupación y alarma. "Did you get hurt or something?" Cuando los ojos de la madre recayeron sobre mí, fue cuando me di cuenta de lo que acababa de pasar. En su mirada vi a un hombre de ojos verdes, tez pálida y cabellera rubia, unas facciones que se repetían curiosamente en la niña. Como si el caballero hubiera salido de mis visiones, vi que se acercaba a nosotros rápidamente con un flotador, el cual ofreció a su esposa, murmurando algo que mis oídos no llegaron a captar.
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Psicometría
Fanfiction¿Os habéis imaginado alguna vez cómo sería tu vida si supieras que posees un don sobrenatural que no puedes elegir? Wonwoo había fantaseado durante toda su niñez con conseguir el suyo al cumplir los doce años. Ese día fue el único en el que quiso r...