Capítulo 22-What your eyes can't see

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"Esto es una broma de mal gusto. Te lo juro, es ridículo, todo tiene que ser un producto de mi falta de sueño, seguro que estoy durmiendo. Pellízcame." Joshua no duda ni un solo instante en presionar con sus dedos una pequeña parte de piel de mi brazo y yo lo alejo rápidamente, sintiendo el dolor disiparse lentamente en la zona ligeramente enrojecida.  

Observo a Mingyu y a mi hermana en la cocina, ambos demasiado inmersos en su propio mundo como para darse cuenta de que les estoy observando sin la venda puesta. Debo admitir que me parece irreal que esto esté pasando. Como siempre, Hyo-ri hace bromas de aquí para allá, bromas que Mingyu responde con una carcajada que parece sincera, a pesar de que el chiste que se ha escapado de los labios de mi hermana no tiene ningún tipo de gracia. Ella se recoge los cortos mechones de cabello en un medio moño despeinado mientras observa al chico a su lado y le hace preguntas pasivo-agresivas sobre lo que está estudiando, cuáles son sus objetivos en la vida y muy indirectamente—que se note aquí la ironía—cuáles son sus intenciones con su hermano pequeño, es decir, yo. 

Masajeo mis ojos en incredulidad e intento fijarme en el sonido de la tele para no escuchar las respuestas de Mingyu. Dudo que sea por miedo a lo que vaya a decir ante la última pregunta, ni siquiera nos ha dado tiempo a pasar 24 horas intentando conocernos en el aspecto romántico como para que alguno de los dos tenga claro qué buscamos con esto. Diría más bien, que mi intento de no escuchar es porque no quiero que mi corazón se acelere más de lo que ya está en presencia de dicho sujeto y mi hermana. 

"A mí la situación me parece cómica, si te digo la verdad." Joshua se encoge de hombros y sigue con su juego en el móvil, uno en el que trabaja en una pizzería y tiene que hacerse cargo de toda la tienda y que yo mismo acabé desinstalando de mi propio teléfono por la cantidad insana de anuncios que necesitabas ver para conseguir superar los niveles.

 "Ya, entiendo que esa sea tu opinión, teniendo en cuenta que fuiste quien abrió la boca primero. Pensaba que no me odiabas, pero ya veo que tenías guardada tu revancha por todas las veces en las que me he hecho el loco para no tender la ropa." 

Joshua suspira y niega con la cabeza, pulsando el botón de stop de su juego. "Wonwoo, ¿te acuerdas aquella vez en la que me recogiste de la universidad hace tres años y gritaste que mi crush estaba pasando por detrás de mí justo cuando tenía la puerta del coche abierta?" Abro y cierro la boca para contestar ante su acusación, pero tiene toda la razón y sería una pelea perdida si intentara rebatirle algo. "Veo que entiendes ahora cuál es la revancha a la que me refiero. Respecto a la ropa...supongo que es justo, teniendo en cuenta que te encargas del baño en los días que supuestamente me toca a mí limpiarlo."

 "Supongo entonces que ya estamos en paz, en ambas situaciones me refiero." Joshua se encoge de hombros y tararea en aprobación, sin despejar la vista de su teléfono. Dirijo mi mirada hacia los dos individuos que han ocupado mi cocina. Ambos se ofrecieron voluntarios para hacer de comer después de que, tanto Joshua como yo, sugiriésemos la opción de cocinar ensalada de pasta. No obstante, los nuevos miembros temporales en mi apartamento se resignaron completamente, considerando que ya que iban a ser unos parásitos en nuestro hogar, lo mínimo que podían hacer a cambio era cocinar algo como recompensa. Desde luego, yo no me iba a quejar y mi compañero de piso tampoco.

Cuando dejo libre mi mente de pensamientos, me percato de que mi hermana está mirándome fijamente. Su espalda está apoyada en la encimera de la cocina, teniendo su mirada orientada hacia el salón donde me ubico. Mingyu a su lado está demasiado ocupado dándome la espalda y centrándose en la sartén donde está preparando el dakjim de pollo. Hyo-ri, por su parte, se excusa un segundo y el chico a su lado asiente, relajando sus hombros ligeramente cuando mi hermana se aleja de él. Por un momento siento lástima por él, imaginándome la tensión que ha tenido que pasar ante las preguntas complejas que seguramente Hyo-ri ha considerado necesarias para evaluar si es apto o no para salir conmigo. Sin embargo, vuelvo a recordar que fue él quien se ofreció voluntariamente a cocinar con mi hermana y sonrío. Quizás ya se está arrepintiendo de querer intentar algo conmigo.

PsicometríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora