Cuando durante la mayor parte del tiempo desde hace años dejas de utilizar uno de tus sentidos, acabas desarrollando el resto. Sí, quizás Mingyu tenía razón, puede que haya muchas cosas que me pierdo por cubrir mis ojos pero, no obstante, los otros cuatro sentidos me mantienen bien alerta a pesar de todo. Y sí, no estoy viendo completamente a Mingyu, pero eso no significaba que no haya notado la rigidez de su postura, la manera en la que sus hombros se mantienen elevados, la mandíbula apretada con cada mordisco que da, el silencio ocasional más pesado. Es cierto, no puedo ver literalmente, sin embargo sé que está observando el lugar en la que Edo se sentó, detrás de mí, a unas tres mesas de distancia.
"Si quieres su número, solamente tienes que decírmelo." Yo encogí mis hombros quitándole hierro al asunto, mientras tomaba con la cuchara un nuevo trozo de la tarta de queso. Estaba realmente deliciosa, Mingyu no mentía ni un poquito cuando dijo que era la mejor que había probado. Incluso estaba intentando tomar pequeños trozos con el objetivo de que su sabor durara más en el paladar, si es que eso tenía algún tipo de sentido.
"¿Qué?" Se animó a estar sorprendido, diría que incluso abrió los ojos hasta el punto de que casi se le salen de su sitio.
"Edo. Llevas tenso desde que se acercó a la mesa."
"¿En serio? No es así, para nada." Mingyu se apaga ligeramente, lo veo a través de la venda traslúcida, aunque su postura lo delata al fijarse de nuevo en la mesa de atrás. "Es...intenso."
"No lo has visto en su máximo esplendor. Pero no me has contestado." Quizás presionar un poco en el asunto era demasiado, porque él no lo había hecho con el tema de mi don. Esto es diferente, me digo a mí mismo, esto es por él y por su futuro.
"No quiero su número. Lo podría conseguir sin tu ayuda." Mi ceja se marca ligeramente, el movimiento de mi mano con la cuchara dirigida a la tarta se paraliza y Mingyu se da cuenta de sus palabras. "N-no es por creerme algo importante. Nada de eso. A lo que quiero llegar es que se lo pediría yo, n-no necesito que tú-. Bah, déjalo." Mingyu se cansa de explicaciones y creo que si no fuera por su enorme tamaño, se metería debajo de la mesa debido a la vergüenza.
"Te he entendido. Y para que lo sepas, Edo aceptaría encantado." Él resopla y yo me río por lo bajo, tomando un sorbo del batido que me ha elegido. En este caso, el sabor no se asemeja ni por asomo a los batidos que hace el señor Lee, el lugar que visitamos Hoshi y yo desde siempre. "Aunque sea intenso, no necesitas mirar todo el rato. No va a volver."
"Suenas como si me molestara su presencia."
"Tú actúas como si te molestara su presencia. No me importa, entiendo que su forma de ser no es agradable para todo el mundo."
"Edo me ha caído bien, es sólo que me ha sorprendido, nada más." Por el tono de voz de Mingyu me di cuenta de que prefería cambiar el tema, así que dejé de presionar. Reuniré todos estos datos para más tarde, si es que me dan alguna pista sobre el don de Mingyu. "¿Nuevo peinado?" Esta vez fui yo quien rescaté de lo más hondo de mi cabeza algún tema de conversación diferente, algo que nos pueda sacar de la incomodidad.
"¿Cómo lo has notado?" Estaba a punto de contestar con un "Magia" pero no quería sonar ofensivo, así que me apresuré a decir la verdad.
"Todos estos días has dejado el cabello hacia abajo, hoy lo tienes hacia arriba. Bueno, hacia el lado. Ya me entiendes, dejas la frente al aire." Él se ríe y yo decido llenar mi boca con más tarta antes de soltar algo más ridículo.
"¿Qué crees que eres el único que puede hacer un esfuerzo por verse bien? Yo también quería estar a la altura."
"Me superas por varios metros." No me refería a la altura real, la literal. Estaba hablando en cuanto a belleza y seguridad. Tal y como vi en el vídeo de la fiesta, la piel de Mingyu es mucho más bronceada, con una tonalidad cálida que contrasta con la frialdad de la mía. No es necesario tener contacto directo para saber que Mingyu es suave, el rostro sin una marca, y me pregunto si tendrá su propia rutina de cremas. Tiene el cabello oscuro y aunque tenemos el mismo color negro noche, el suyo parece contener las estrellas en él. Es ancho, quizás igual que yo pero un poco más basto y a pesar de ello, todo se junta en un equilibrio perfecto, atractivo e incluso dulce.
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Psicometría
Fanfiction¿Os habéis imaginado alguna vez cómo sería tu vida si supieras que posees un don sobrenatural que no puedes elegir? Wonwoo había fantaseado durante toda su niñez con conseguir el suyo al cumplir los doce años. Ese día fue el único en el que quiso r...