fearless • Casi Angeles

007

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 —Jazmín es gitana. —Cielo escuchaba con atención a Rama mientras él hablaba. —Un gitano de su comunidad, un mal tipo, la raptó cuando era chica y la obligo a trabajar para él.

Los cuatro chicos se encontraban ya en el altillo de Cielo. Le habían presentado a Jazmín y ahora le estaban haciendo un pequeño resumen de la historia de la chica, a pesar de las negativas de la gitana y del miedo que tenía que tenía de que contarle a Cielo le trajera más problemas. Pero la circense era su única opción y la única que creían que los podría ayudar. De lo contrario todo el plan quedaría en sus manos y no sabían que tan bien podía salir eso.

—Perdón, pero... ¿de que te obligaba a trabajar? —preguntó la mujer.

—La hacía robar para él. —le contó ahora Ariana al ver que su amiga no era capaz de hablar.

—Ay, yo no puedo creer que haya gente tan maldita en este mundo. Que explote chicos, que te haga trabajar... —habló Cielo con indignación. —Yo llego a tener a un tipo así en frente mío y no sé que le hago.

Rama, Tacho y Ariana intercambiaron miradas entre sí. Era hasta gracioso lo irónico de lo que decía Cielo, porque ella no solo tenía en frente a un tipo igual o peor que Joselo, si no que también trabajaba para él y vivía en su casa.

—Bueno, pero vos tranquila mi amor, no llores más —siguió Cielo mientras le secaba unas lágrimas a la chica. —. Vas a ver que acá es distinto. Acá vas a tener un techo, comida, hay gente buena, así que quédate tranquila —la consolaba y luego miró a los tres chicos en frente suyo. —. Chicos, yo le voy a decir a Don Barto que la adopte ya.

Ella quiso levantarse para ir a buscar a Bedoya, pero Jazmín se apresuró a detenerla.

—No, no, no, Cielo. Por favor no le digas nada. —pidió ella atemorizada. —Yo no me quiero quedar acá.

—¿Pero por qué no?, ¿Qué tiene de malo?

—Es que acá... —Rama estuvo a punto de hablar.

—Es que le da vergüenza. —interrumpió Tacho temiendo que su amigo le contara la verdad a Cielo.

—Pero vergüenza es robar, chicos, ¿Qué están diciendo?.

—Bueno, pero las cosas no son tan fáciles, Cielo. —habló Ari.

—Chicos, yo ya estoy re jugada, Joselo nunca me va a dejar en paz nunca —dijo Jazmín y se levantó para caminar a la ventana a tomar aire.

—Yo la verdad que no puedo creer todo esto. —negó Cielo. —¿Vos, Ari, ya la conocías también?.

—Sí, la conocí en la calle —Contestó la castaña. —. A veces la ayudaba con el tema de Joselo, hasta que me trajeron acá.

—¿Vos también robabas para ese tipo? —preguntó la mayor.

—Robaba para ayudarla, Cielo. Yo sé que está mal, pero...

—No, no está mal... o sea, si está mal, pero hacían lo que podían, no es su culpa. —le habló ella poniendo una mano en el hombro de la chica, reconfortandola un poco.

Eso le terminó de confirmar a Rama cual era el "trabajo" del que ella le había hablado. Por eso también es que la había visto darle una billetera robada a Jazmín ese día, no era ningún tipo de maldad o porque ella quisiera. Bueno, no quería robar, pero sí ayudar a su amiga a zafar de Joselo así que se justificaba de cierta forma.