Cierre

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Martes 30 de Junio de 1976

— Lo siento — dijo Sirius Black, con ojos grandes y ansiosos, de pie detrás de Remus mientras se cepillaba los dientes.

— Lo siento — murmuró Sirius Black, sobre la mesa del desayuno, antes de que Mary llegara.

— ¡Lo siento! — Rogó Sirius Black, mientras Remus se alejaba de nuevo.

— Lo siento... — susurró Sirius Black, mientras Remus cerraba las cortinas de su cama todas las noches.

¿Y? Mejor déjalo sufrir, dijo la parte más cruel de Remus, la parte que más había sido herida. Volvió la cabeza, se alejó, cerró puertas y apretó los ojos. 'Lo siento' no es lo suficientemente bueno, dijo, con cada acción. No sé que puede ser suficiente, en realidad.

James y Peter miraron, con cautela, por el rabillo del ojo. Sabían que no debían involucrarse, aunque James indudablemente se llevó la peor parte de la angustia de Sirius; las reuniones nocturnas habían regresado con fuerza.

Las chicas notaron que algo andaba mal, pero no estaban seguras de qué: Lily pensó que estaba nervioso por volver a St. Edmund's, Marlene pensó que estaba preocupado por los resultados de los OWLs. Remus estuvo de acuerdo con ambas ideas con gratitud. Después de todo, estaba haciendo todo lo posible para actuar con la mayor normalidad posible. Se unía a los merodeadores para comer, se sentaba en su lugar habitual, leía sus libros, jugaba al ajedrez con Peter, gobstones con James. Por las noches, subía las escaleras para irse a la cama.

Pero no le hablaba a Sirius. Durante las dos semanas restantes de Junio, Remus no dijo ni una palabra en su dirección. Ni siquiera lo miró, si podía evitarlo.

Tenía la sensación, después de la primera semana, de que quizás James no aprobaba completamente esto. Potter estaba furioso en nombre de Remus, por supuesto, al menos en los hechos del asunto, pero James podía ser muy ciego cuando se trataba de los defectos menos excusables de Sirius. James lo habría perdonado después de la primera disculpa.

Quizás Remus era un hombre más débil. Pero ya no sería débil. Necesitaba volver a ser quien realmente era. Todos podemos aprender nuestra lección. Remus había intentado ser suave y abierto, como todos sus amigos ricos y bien educados, ¿A dónde lo había llevado? Se había enamorado de su mejor amigo y casi se mataba. Estaba avergonzado de sí mismo, actuando como un lunático por Sirius de esa manera. Lunático... Luna. Sirius lo encontraría divertido.

Así que también empezó a evitar a James y Peter.

Dejó de ir a clases, eso fue lo primero. No había muchas a las que ir, por supuesto, con los últimos exámenes teniendo lugar y toda la escuela en modo de vacaciones de verano. Aún así, tenía las clases introductorias de NEWT escritas a lápiz en su horario en casi todas las materias excepto Pociones - no podía esperar para deshacerse de Pociones.

Los invernaderos eran un buen lugar para esconderse. Remus descubrió a finales de año que había gastado casi todo su dinero cuidadosamente ahorrado en cigarrillos y marihuana. Se dijo a sí mismo que estaba bien. Se dijo a sí mismo que no necesitaría dinero para encontrar y destruir a Greyback, solo el aroma correcto y una luna llena. No es que pensara mucho en Greyback. Trató de no pensar en nada durante demasiado tiempo; la ira dio paso a un entumecimiento con el que parecía más fácil vivir.

Cuando no podía estar afuera, iba a la biblioteca y fingía leer. Los estudiantes de su grupo de estudio pasaban por allí de vez en cuando, pero él siempre encontraba una razón para irse lo antes posible.

— ¡Hola, Remus! — Christopher apareció de entre las pilas una tarde — ¡Me alegro de haberte atrapado! ¿Puedes recomendarme una lectura de verano? ¡Haré mis Owls el próximo año!

All The Young Dudes (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora