Viernes 4 de Marzo de 1977
— Me voy a volver loca. — Marlene dijo, una noche, cuando la biblioteca estaba cerrando. Se apretó los ojos con los dedos, exhausta. Su cabello estaba revuelto en su cabeza como un diente de león por pasarse las manos por él tan a menudo. — Pensé que los Owls habían sido la gran cosa...
— Eso rima — cantó Mary, alegremente, enrollando pulcramente su pergamino.
— Que útil, gracias, MacDonald. — Marlene puso los ojos en blanco.
— Decidiste quedarte con Pociones. — Mary le dio un ligero golpe en la cabeza a su amiga con su ensayo enrollado.
— Es un requisito para la universidad de formación de sanadores. — Marlene suspiró. — Ojalá no tuviera que hacerlo.
— No sé por qué todos lo odian tanto — bostezó Lily, colocando su bolso en su hombro — Pociones es divertido, es lógico.
— Oh, cállate, Evans. — Mary y Marlene dijeron al unísono.
Remus se rió y puso un cariñoso brazo alrededor de la pelirroja.
— Pobre Lily — dijo, en simpatía — Tan incomprendida en tu búsqueda de conocimiento.
Ella también se rió y todos salieron juntos de la biblioteca. Habían estado allí todas las noches de la semana, excepto cuando Lily tenía deberes de prefecto o Marlene tenía quidditch; luego eran solo Remus y Mary. Lo cual estaba, sorprendentemente, bien: Mary había hecho algunos chistes sobre su breve relación, pero no había mencionado que quisiera hacerlo de nuevo, y parecía estar viendo a Roman Rotherhide una vez más. Remus se sintió aliviado. Una aventura secreta era suficiente.
Era temprano para revisar, pero los cuatro habían decidido volver a convocar a su grupo de estudio este año para pasar la primera etapa de sus EXTASIS. Todavía faltaba más de un año para los exámenes finales, pero en opinión de Remus y Lily, no había tal cosa como estar demasiado preparado, particularmente con los exámenes del año de fundación que debían presentarse en Junio.
— Estoy destrozada. — dijo Mary, mientras se acercaban al retrato de la dama gorda (el profesor Flitwick le había quitado la peluca solo unos días antes; al parecer, se había encariñado mucho con ella). — ¿Día libre mañana?
— Si quieres. — dijo Remus, captando su bostezo — dije que haría un gran grupo de estudio el domingo, así que me alegraría estar libre el resto de los días.
— No sé cómo lo haces, Lupin — Mary negó con la cabeza con incredulidad. — Eso es perfecto, sin embargo, dejas libre el sábado por la noche.
— Tienes otra cita con Roman, ¿verdad? Preguntó Marlene, sonando un poco molesta.
— Sí, Marlene — Mary puso los ojos en blanco — A pesar de tu aparente desaprobación...
— ¡Creo que deberías ir más despacio, eso es todo! — Marlene espetó, pasando sus dedos por su cabello de nuevo.
— Bueno, como hemos discutido antes, no es de tu incumbencia con quién salgo, ¿verdad? — Dijo Mary, arqueando una ceja a su amiga. Marlene se había puesto de un tono rosado inusual y estaba mirando al suelo. Remus miró a ambas chicas con sorpresa. Nunca los había visto hablar así antes, por lo general eran las mejores amigas.
— Vamos, estamos todos cansados. — dijo Lily, caminando hacia adelante — Blatherskite — se dirigió a la dama gorda, que se hizo a un lado para que todos pudieran entrar.
— ¡Evans! — El grito de James los recibió incluso antes de que estuvieran a mitad de camino.
— Sí, sí, buenas noches, Potter. — suspiró Lily, sacudiendo la cabeza. Remus captó su pequeña sonrisa, aunque trató de cubrirla detrás de su largo cabello.