Tartas de carne picada

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Miércoles 15 de Diciembre de 1976

— Ok, probablemente no tendré tiempo para otra reunión de estas hasta el próximo trimestre — le dijo Remus a su grupo de estudio, mirando el reloj de pie cercano. Eran casi las nueve de la noche. Miró a los rostros ansiosos y tuvo que volver a mirar sus papeles; eran desconcertante, ellos ahí en frente exigiendo tanta atención — Pero estoy aquí casi todas las noches de todos modos, así que si alguno tiene alguna pregunta rápida puedo ayudarlos...

— Gracias, Lupin — coreó el grupo mientras comenzaban a levantarse y disolverse.

— Feliz Navidad — asintió, mientras se dispersaban a sus propios rincones de la sala común, o bien a la cama.

A él mismo le apetecía dormir temprano. Era la última semana del trimestre y prácticamente había completado todo su trabajo, a menos que sus profesores se sintieran lo suficientemente crueles como para asignar más en los últimos días antes de Navidad. Bostezó y se estiró, recostándose en su silla con los ojos cerrados.

— Ejem. — Alguien que todavía estaba sentado a la mesa se aclaró la garganta con torpeza. Remus abrió los ojos, avergonzado, y se inclinó hacia adelante en su silla.

— Oh, lo siento, pensé que todos se habían ido.

— Lo siento — respondió Christopher, agarrando un libro — Sólo quería decir... Feliz Navidad.

Remus sintió una torpe torcedura de alivio y culpa en su abdomen. Pobre Christopher.

— Gracias, Feliz Navidad para ti también. ¿Grandes planes para navidad?

El chico más joven se encogió de hombros.

— Solo estar con mi familia. ¿Tú?

— Me quedaré aquí.

— Oh. ¿No solo imagino?

— Um... Sirius Black también se queda.

— Por supuesto. Escuché sobre sus problemas con su familia.

— Mm. — Remus no quería hablar de Sirius con Christopher en absoluto, mucho menos de la familia Black. Christopher también era sangre pura, y probablemente sabía más de lo que Sirius quisiera.

— Bueno — Christopher se puso de pie — Nos vemos en Enero, supongo.

— ¡Espera! — Remus dijo, rápidamente, extendiendo la mano pero sin tocarlo. Christopher se puso de pie, pero miró a Remus con ojos esperanzados, Remus miró hacia abajo — Lamento la forma en que te hablé antes del verano. Yo fui un completo idiota.

Christopher no discutió esto. Pero sonrió.

— Está bien. Espero que no fuera por algo que yo... hice.

— ¡No! — Remus negó con la cabeza con vehemencia. Deseó que Christopher se sentara. — No, te lo prometo, solo era yo el que estaba de mal humor. Tenía muchas cosas en la cabeza pero no debería de haberla tomado contigo.

— Okay. Bueno... gracias por decirlo.

Remus sonrió, sintiéndose un poco mejor. Christopher se mordió el labio y luego dijo: — Entonces... ¿Te apetece una visita a Hogsmeade en el año nuevo? La librería tiene una oferta de Enero, o podríamos comprar una cerveza de mantequilla.

— Lo siento, Chris, no puedo. — Remus se sintió horrible al ver caer la cara de Christopher.

— Correcto. Probablemente irás con Potter y Black y... ¿Cuál es su nombre?

— Peter. Pero no voy con ellos en realidad, no puedo ir a Hogsmeade, lo tengo prohibido.

— Oh. ¿De verdad?

All The Young Dudes (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora