Television man is crazy, saying we're juvenile delinquent wrecks,
Oh man! I need TV, when I got T.Rex!Remus se sintió extrañamente desatado, llegando a la casa de los Potter con todas sus posesiones terrenales, trasladándolas a una habitación temporal. Iba a tener que contarle a alguien lo que había sucedido, y pronto. Si pudiera conseguir al Sr. Potter por su cuenta, tal vez... pero los padres de James estaban más ocupados que nunca este año, entrando y saliendo de la casa para hacer mandados o teniendo reuniones secretas a las que los chicos no tenían permitido asistir.
— Pero todos somos mayores de edad — protestó James.
— Sin embargo, sigues siendo mi pequeño — la Sra. Potter besó su cabeza, con condescendencia, mientras limpiaba los platos del desayuno.
James parecía muy insultado por ser tratado como un bebé, pero los ojos de Remus se llenaron de lágrimas y tuvo que disculparse.
Tuvieron una semana para prepararse para el viaje de campamento, y el primer día partieron hacia el pueblo para comprar una carpa. Remus nunca había acampado en su vida, pero aun así se encontraba mejor equipado que James, Sirius o Peter, quienes a su vez estaban distraídos, aterrorizados y fascinados por cada artículo de la tienda. Le tocó a Remus hablar con el comerciante sobre cosas aburridas como sábanas, clavijas y aparejos. Al final, se conformó con dos sensatas tiendas de campaña para dos personas cada una de color marrón y naranja, ignorando la súplica de Sirius de que considerara un número psicodélico azul y verde.
Al día siguiente, Remus tuvo que comprobar que todos tuvieran ropa muggle apropiada, ya que estarían teniendo un campamento muggle, luego recibieron un curso intensivo de cocina de Gully, el elfo doméstico.
— ¿Las chicas no pueden cocinar? — James gimió, mientras el mal olor a huevos quemados llenaba el aire. La señora Potter, que había estado observando con diversión, se acercó y le dio una ligera palmada en la cabeza.
— Que clase de hombre he criado. — dijo — Si no puedes preparar el desayuno de una señorita, no esperes que pase la noche contigo.
— ¡Urgh, mamá! — James frunció el ceño, asqueado, mientras Sirius y Remus se inclinaban para reír.
Ocuparon el resto del tiempo para planear todas las cosas que harían con sus vacaciones llenas de libertad, además de ver una maratón en el cine local (había una película de Bond y Airport '77, que era el favorito personal de Remus) y, por supuesto, volar en sus escobas. Sirius estaba muy impresionado por la reciente mejora de Remus, y de hecho lograron organizar un juego de Quidditch a muy pequeña escala (sin la Snitch, y con Peter como portero).
No había ni rastro de Moody este verano. El Sr. Potter explicó durante la cena una noche que las medidas de seguridad en su casa habían aumentado, y Moody estaba de regreso en la oficina de Aurores, manejando las cosas allí. Remus se sintió aliviado: había unido a Moody y Ferox en su mente, los había confundido a todos con el encuentro con Livia y la cruel determinación de Dumbledore. Con todo, después del año que había tenido, Remus estaba ansioso por pasar unas semanas lejos de alguien mayor que él.
Se decidió que todos se aparecerían en Cornualles, excepto Peter, que había fallado en la prueba. La Sra. Potter se había ofrecido amablemente a llevarlo como acompañante, antes de desaparecer de regreso a casa, pero Peter insistió en tomar el autobús noctámbulo. De esta manera, decidió, podría recoger a Dorcas en el camino.
La noche antes de que se dispusieran a irse, James, Sirius y Remus se apretujaron en la cabina de teléfono roja al final de la calle Potter para coordinar con lo que Sirius llamaba "el contingente femenino".
— ¿Puedo presionar los botones, Moony? — Preguntó James, pasando sus dedos por el teclado plateado.
— ¿En qué parte hablas? — Dijo Sirius, sosteniendo el auricular a la altura de sus ojos para inspeccionarlo.