Durante la semana el humor de Freen delante de los compañeros, era el mismo de siempre. Rostro inexpresivo y cero actitud solidaria. En el ambiente se podía sentir la energía negativa. Me dediqué a mi tarea. Freen de vez en cuando, me miraba y sonreía. Quizás se acordaba de algún chiste muy malo. Verla de ese modo, me ponía muy nerviosa, ni siquiera me quería acercar a ella porque temía temblar.
B: ¿Hoy estás de buen humor?
F: ja, ja, ja no. ¿Por qué?
B: emmm porque estás sonriendo, es raro.
F: No es raro, lo que pasa es que no me conoces y me criticas.
B: Ja, ja no es crítica. Por cierto ¿Cuánto te debo? La semana pasada no tenía dinero.
F: Está bien, no hay problema con eso.
B: ¿No me vas a cobrar? Hay que pagar la cuenta por igual.
F: Si es así, podrías invitar la próxima ronda.
B: No sé si habrá otra salida.
F: ¿Por qué no? ¿Te aburriste?
No me aburrí, todo lo contrario, me parece que lo disfruté mucho. No quería salir con ella otra vez porque, después de la primera salida, no dejaba de pensar en su sonrisa. Tenía una historia de vida muy solitaria que se reflejaba en su personalidad protectora y a la vez, desinteresada.
F: Está bien, me puedes depositar el doble.
B: Eso no es justo.
F: Lo es, si no hay otra salida.
Me sonroje otra vez. Freen me estaba invitando a salir por segunda vez, la miré y sonreí.
Los días pasaron volando y llegó el tan ansiado viernes. Freen me esperó en la puerta y nos fuimos juntas. Entramos a un restaurante familiar y pedimos pizza. Me contó la evolución de su drama familiar y lo mal que se sentía por estar lejos y no poder ir a visitar a su madre. La conversación se hizo extensa, luego de dos horas reaccioné y la invité a su bar favorito. Quería pasar el tiempo con ella.
- ¿Quieres ir a otro lugar?
- ¿A dónde?
- No lo sé, podríamos ir a tu bar favorito.
- Ahora recuerdo que me tenías que invitar los tragos.
- Mmmm, está bien.
Tomé mi bolso. Estaba por abrir la puerta cuando Freen se adelantó y la empujó para dejarme pasar primero.
Llegamos al bar, tomamos asiento una frente a la otra. Ella me miraba, sonreía y escuchaba atentamente mis anécdotas desquiciadas. Reímos a carcajadas varias veces y pedimos dos copas más. Su rostro se veía muy alegre y la conversación se volvía más interesante.
- Se nota que eres dominante. Le hice la pregunta sin pensar las consecuencias. No intentaba incomodarla pero al ver sus comportamientos me dio mucha intriga.
- ¿Qué?
- Dominante.
- ¿Por mí carácter?
- Por tu forma de interactuar con las personas.
- Dominante ¿En qué sentido?
- ...
- ¿Te refieres al sexo?
- emmm
- Me preguntas y te mueres de vergüenza ja, ja, ja. Y sí, me considero una mujer dominante. Es lo que más me gusta.
- ja, ja creí que no ibas a responder.
- ¿Por qué no? Es lo que más extraño.
- ¿Hace cuánto que estás soltera?
- Eso no importa. Además, es un mal recuerdo. ¿Podemos ir a otro lugar?
- ¿No te gusta?
- Sí, es lindo. Pero, podría ser mejor.
Se levantó, tomó su tarjeta y pagó la cuenta.
- ¿Nos vamos?
- Claro.
Tomé mis pertenencias y la acompañé. Al salir, nos encontramos en la puerta hombro con hombro, nos miramos y reímos. Freen extendió su mano derecha sobre mi hombro derecho. Se me detuvo el corazón. Aún así, intenté no mostrar mi felicidad y me adelanté a la salida.
Pedimos dos tragos y comimos un snack. Nos sentamos en una mesa junto a un ventanal, una frente a la otra. La música sonaba con un volumen alto así que dejamos de lado los temas serios y nos dedicamos a reír de las estupideces que se nos ocurrían.
Sonó una canción moderna y Freen empezó a hacer movimientos en la silla, simulaba bailar. Colocó sus manos encima de su cabeza y emitió una sonrisa picaresca. Me miraba, sonreía y bailaba. Mis ojos se centraron en su rostro, se veía muy relajada, creo que demasiado. El problema, para mí, era que se veía demasiado sensual, me puse muy nerviosa al punto de tartamudear. Intenté disimular agachando la cabeza o mirando a la decoración. Pero ella lo notó, se levantó, tomó mí rostro con las dos manos y con una gran sonrisa se lamió los labios (No podía creer lo que estaba pasando) y me dio un pequeño beso en la mejilla derecha. Mis ojos se cerraron esperando un beso pero no lo hizo, volvió a su asiento y se reía.
Contuve mis emociones, también me reí. Vi entrar al bar a una ex compañera de trabajo. Teníamos una buena relación, ella vino a nuestra mesa, me saludó y tomó asiento a mí lado. Freen, apagó su sonrisa para saludarla, lo hizo por cortesía. Por sus gestos, no le causó gracia la visita y se retiró al sanitario. Pasaron diez minutos y Mind seguía en la mesa contando sus hazañas en el negocio de colchones. Sonó el teléfono y salió a atender la llamada. Freen volvió, por su expresión me di cuenta que estaba enojada.
- ¿Se fue?
- ¿Qué? ¿Lo dices por Mind?
- ¿Por qué la invitaste? Creo que estábamos muy bien solo las dos.
- ...
Me quedé sin palabras.
- ¿No te parece que es muy pronto?
- ¿Para qué?
- Para conocer a tus amigas.
- ...
Responder a sus preguntas se me hizo muy difícil y esquivé diciendo
- ¿Te puedo tomar una foto?
- No.
- ¿Por qué no?
- No me gusta las fotos.
Mind ingresó al local otra vez y se acercó a nuestra mesa. Pidió una ronda de tragos para tres. Decirle que se retire era imposible porque ahora se encontraba conversando con Freen. Un punto en común era la bronca hacia los jefes que no valoraban sus cualidades.
La charla fluía. Mind iba y venía de la entrada a la mesa, de la mesa a la entrada.
- ¿Para qué no se va?
- No lo sé.
- Vive pegada al teléfono.
- Sí, lo sé.
- Me voy.
- ¡No! ¿Por qué tan rápido?
ESTÁS LEYENDO
Freen Is Daddy
FanfictionFreen es una mujer con una personalidad indescifrable. Se muestra dura, fuerte e inquebrantable en un contexto laboral que expulsa empleados. Todo cambia cuando conoce a una persona que desorganiza su estructura y le permite expresar sus verdaderos...