Ausencia

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B: Freen ¿Te enojaste?

F: ...

B: Ayer te fuiste sin saludarme.

F: Está todo bien, no me enojé. Me tenía que ir a casa para una reunión en línea. Cuando tengo trabajo me concentro.

B: Lo sé. Te fuiste con una cara de ira.

F: ja,ja no, eso no es verdad.

B: No te enojes, es solo una compañera que le gusta hablar de sí misma.

F: Está bien. No te preocupes, espero que hayas regresado a tu casa temprano.

B: emmm sí, estoy despertando.

F: Eso quiere decir que continuaste con el brindis.

B: emmm.

F: ¿Alguna chica?

B: No, estuve con mis amigas.

F: Ok. Me caes muy bien. Después hablamos, estoy ocupada.

Todo el fin de semana pensé en lo ocurrido, en las horas compartidas con Freen y en especial, en el beso que me dio. Creo que si Mind no regresaba, Freen me hubiera besado en la boca y ahora estaría muerta de amor, más de lo que ya estoy.

Descubrí que su mal humor era producto de las malas condiciones de trabajo y cada lunes lo demostraba en la oficina generando un ambiente tenso y con su clásica inexpresión. 

La semana empezó con una rareza inexplicable. Freen que siempre llegaba 10 minutos antes, no estaba y las puertas de la oficina se encontraban cerradas. Me llamó la atención la ausencia y le envié un mensaje: 

B: ¿Dónde estás? Buen día 

F: Hola. 

B: Llegué y no hay nadie. 

F: No debías ir a trabajar. Siempre tan chupamedias.

B: ¿Qué? Es mi trabajo. 

F: Entonces no te quejes y trabaja. 

B: Siempre tan amable.

Los días iban pasando sin cambios. Freen, seguía sin asistir a la oficina por una enfermedad respiratoria. No me animé a escribirle pero, no dejaba de pensar en ella. Cinco días sin verla parecía un martirio. De cierto modo, extrañaba sus comentarios con los que  marcaba su desprecio hacia los compañeros.

Freen Is Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora