Segundo día en éste maravilloso lugar junto al chico del cual me enamoré apenas lo ví, sé que no es perfecto para los demás pero yo tampoco lo soy, sin embargo a mis ojos es el hombre más perfecto que pude conocer y vaya que intenté algo serio en mi pasado, no funcionó pero seguí con mi vida sabiendo que algún día aparecería el indicado.
Jungkook estaba comprando unas cosas para comer justo en el puesto que se encontraba frente al parque en donde estábamos, se veía increíble y se me hacía el hombre más atractivo del lugar, no, del mundo, no, del universo entero (ya lo sé, estoy pérdida), a lo lejos podía ver como me buscaba con la mirada, yo me escondía detrás de los grandes árboles sólo para molestarlo un poco, sabía que no estábamos en un momento para jugar con las desapariciones y toda la cosa, podía estar segura de que soltaría lo que trae en la mano justo ahora y entraría en pánico por no verme así que salía de mi escondite luego de unos segundos.
—Deja de jugar así— dijo en forma de regaño sin perder la sonrisa.
—Ya, está bien— sonreí —. ¿Qué traes ahí?— pregunté curiosa viendo lo que estaba en sus manos.
—¿Quieres una manzana acaramelada?— me ofreció una de ellas y yo asentí feliz.
—¿Has probado esto alguna vez?— indagué una vez que comenzamos a caminar nuevamente, él negó —, oh, pues te van a encantar.
—¿Cómo estás segura de eso?
—Porque te conozco.
—¿Me conoces lo suficiente como para decir que me va a gustar algo que no he probado nunca en mi vida?— preguntó burlón.
—Así es— afirmé —, a ver, pruébalo.
—¿Y si está envenenada?
—¡Jungkook!— reí.
—Es una manzana, ¿No ves?— señaló la fruta.
—¡Sólo pruébalo!— dije divertida.
El pelinegro rió junto a mí y rodó sus ojos para luego morder aquella fruta roja con caramelo, sus ojos se abrieron de par en par y su caminar se detuvo, pensé que a lo mejor me había equivocado, que no le había gustado, pero cuando ví que le dió otro gran mordisco supe que yo estaba en lo correcto y es que; ¿A quién carajo no le gustaba la manzana?
—Ésto está muy bueno— habló con la boca llena.
—¿Si?— pregunté riendo al ver lo tierno que se veía con sus mejillas abultadas y sus ojos grandes y redondos, él asintió y siguió comiendo.
Fue un día largo, divertido y un poco agotador, habíamos paseado como nunca, le había mostrado la cuidad y nos habíamos hecho como miles de fotos, cada una contaba una historia, una travesura, todas habían quedado hermosas y si así no fuera igual las guardaría, por favor, simplemente es él, no podría borrarla así como así.
—Estoy a-go-ta-da— deletreé lanzándome boca arriba sobre el sofá.
—¿Quieres un masaje?— me ofreció quitándose la chaqueta y dejándola en el perchero.
—¿Puedes darme uno?— pregunté con un puchero en mis labios.
—¿Y por qué crees que te estoy ofreciendo uno Cherry?— habló obvio —. Ven, vamos a la habitación.
—Cárgame— dije abriendo mis brazos para que lo hiciera.
—Te tengo muy consentida— rió.
Jungkook me miró fijamente por unos segundos, luego posó uno de sus brazos bajo mis rodillas y el otro alrededor de mi cintura, me había cargado en modo princesa y me sentía muy especial, mientras caminaba a nuestra habitación no pude parar de deleitarme con su rostro, tenían muchos lunares y me encantaba, los besaría todos los días de mi vida, sus labios finos eran tan tiernos y apetecibles, sus pestañas largas me daban envidia (de la buena), sus orejas perforadas le daban un toque rudo sin embargo, seguía siendo un niño lindo.
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MAGICKEY | JJK [+21] ©
FanfictionMAGICKEY es el stripper más deseado del club, cada uno de sus bailes te teletransportaban al éxtasis, sus movimientos eran mágicos y enloquecedores, ninguna mujer se podía resistir a sus encantos y es que... ¿Cómo podrían hacerlo? Aquella noche, co...