Neratiti.
Una misteriosa isla fuera de las costas de Australia.
Al menos por el momento...
Billy Patchanon hizo una pausa para orientarse cuando se materializó en la gran cámara circular que había sido condecorada en Borgoña y oro. A través de las ventanas abiertas que se expandían a ras del piso de mármol negro hasta el cielo raso dorado, podría ver y oír el océano en todos los lados del cuarto.
A Tong, su dubitativo y misterioso mediador, le gustaba el agua... demasiado.
El cuarto recordaba la tienda de campaña de algún antiguo sultán. Estaba exuberantemente decorado, con una enorme mesa redonda en el centro que siempre había hecho que Billy se preguntara cómo se vería el resto del palacio. Pero ningún Were Hunter había recibido alguna vez una invitación para aventurarse en el resto de palacio.
Su mediador protegía celosamente su privacidad. Al extremo de la paranoia.
Ese dicho de los humanos, la curiosidad mató al gato, realmente había salido de la pantera Arcadia que una vez había tratado de colarse subrepticiamente fuera de la puerta del concejo para echar un vistazo alrededor del palacio.
Tong le había matado en el acto.
Como un punto de interés, la satisfacción no había traído de vuelta al gato. No hay suficiente magia en el mundo para reanimar la gran oscura, forma chamuscada que una vez había sido una criatura viva. Ese único incidente había obtenido el punto de Tong sobre su orgullo. No meterse con el gran hombre.
Él realmente no tenía sentido del humor.
A pesar de toda su relajada persona, Tong podía dejar caer tu trasero en el medievo en cualquier momento. Y desde que Billy había vivido una vez en la Edad Media, entendía ese concepto mejor que la mayoría.
Billy dejó escapar un grave suspiro cuando oyó las gaviotas graznando afuera. La llamada para comparecer en el Omegrion no podía haber llegado en mejor momento... insertando todo intento de ser sarcástico.
Su hermano Romeo había estado enfermo con un mal caso de gripe durante los últimos tres días mientras los cachorros de la pantera corrían frenéticos por la casa de Billy sin su papi allí para vigilarlos.
El esposo de Billy, Seng, estaba a punto de dejar caer una camada entera de panteras en cualquier segundo, y sus otros dos hermanos, el AJ y JJ, habían decidido que podrían llevar su bar sin él.
Sí, necesitaba volver de regreso a casa antes de que incendiasen el lugar o peor, Seng se pusiese de parto sin él. En cuyo caso su pantherswan había prometido verle en trocitos. Él se encogió a si mismo ante el mero pensamiento. Conociendo a su quisquilloso pequeño pantherswan, ciertamente sería más doloroso. Y dada la incomodidad de su embarazo con sus cachorros, Seng lo disfrutaría a fondo.
Escudriñó la pequeña aglomeración que se había reunido allí para el concilio. Ocho miembros, todos parecían tan emocionados de estar allí como él lo estaba. Los únicos que había allí eran desde lejos Katagaria. No es que eso lo sorprendiera. Los Arcadios tendían a aparecer en el Omegrion juntos, como si temiesen encarar a sus primos animales a solas.
Y bueno, ellos deberían. No había una familia Katagaria que no tuviesen una deuda de sangre con los Arcadios quienes amaban cazar y matar a los animales.
Siempre le había asombrado que los líderes o regentes Katagaria o Arcadio pudiesen sentarse juntos sin pelear. No quería decir que no hubiesen tenido rencillas en el pasado. Pero esas transgresiones eran de las que se ocupaba rápida y dolorosamente el mediador del Omegrion.