Elyon

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"if clarity's in death, then why won't this die?
years of tearing down our banners, you and i,
living for the thrill of hitting you where it hurts,
give me back my girlhood, it was mine first" would've, could've, should've by taylor swift

***

Lyra se encontraba de pie cerca de la puerta, con un cristal en la mano y su sombra a su lado, estática, sin mover un solo músculo.

Elyon aún estaba en la cama, con las manos sobre su pecho y respirando hondo. Había decidido que hoy sería el fin, que su alma podría encontrarse con Helios y que su cuerpo podría ser usado como esas mujeres quisieran, porque ya no encontraba ninguna razón para seguir.

Había decidido que ese iba a ser su último día con vida.

Los platos de comida estaban intactos en la mesita de luz que tenía a su costado, al igual que el vaso de agua sin beber. Deneb había ido a visitarla más veces de lo normal, para intentar obligarla a que comiera algo, pero ella se rehusaba, por lo que la mujer regresaba cada ciertas horas para gritarle miles de palabras que Elyon no recordaba, hasta que dejó de hacerlo y se preparó para lo peor.

Llevaba encerrada meses, no sabía cuántos. En su cabeza se sentían como milenios, pero el despertar cada día le recordaba que no era así, porque de lo contrario, ya estaría muerta.

Su corazón latía cada vez con menos fuerza, lo podía sentir suplicándole para que no se rindiera mientras escuchaba a su estómago rugir por comida, pero no les hacía caso. Ya había tomado la decisión.

-Sé lo que planeas. – Habló la voz de sus pesadillas.

Elyon la ignoró, se dio la vuelta y le dio la espalda, sabiendo lo que eso producía en la Reina. Pero cuando no sintió sus garras en su cuerpo se preguntó vagamente si solo estaría allí para verla morir.

Supuso que sí, porque al fin y al cabo, Lyra amaba verla sufrir.

-Elyon. – La sintió cerca y cerró los párpados. Se despidió silenciosamente de las personas que más amaba en el mundo y le imploró a Helios que cuidara de Vela. -Tu vida me pertenece, Elyon. – La garra de su sombra se posó en su mejilla. – Y tu muerte también. –

***

La tela de su vestido se deslizaba por su cuerpo con rigidez. Tomó uno de sus cepillos para comenzar a pasárselo por su largo cabello y se observó en el espejo de la cómoda, arreglando los últimos detalles de su atuendo y colocándose los pendientes que Amara le había prestado.

Se inclinó para alcanzar su bolso y sacar la daga que había obtenido en Daza, la tomó entre sus dedos para sentir su peso, alzándola hasta la altura de sus ojos y observó su reflejo en ella. La imagen que le devolvía la mirada era una fantasmal, pero le sonrió sin expresión, estaba lista.

Tocaron a su puerta para indicarle que ya podía dirigirse a la Sala de Helios y Elyon volvió a guardar la daga.

Salió de su habitación para encontrarse a Gavril y Mila del otro lado, ambos con sus armaduras y espadas listas. Cuando alzó la cabeza para observarlos, notó la mirada que intercambiaron sin decir palabra antes de posicionarse cada uno a su lado.

-Sabes que vamos a estar allí todo el tiempo, Ely. No hay de qué preocuparse. -Le aseguró Mila. Su amiga había llegado en la mañana, para tomar su lugar como su Guardia Personal. Elyon asintió una sola vez, aún le molestaba que sus amigos pensaran que estaba aterrada, pero no tenía el tiempo para discutir sobre ello. Comenzaron a caminar hacia el pasillo que la dirigiría a la Sala de Helios, cuando escuchó a Emil darle la bienvenida a su pueblo. Volvió a sonreír para sí misma y se acomodó por última vez la falda de su vestido.

hasta el sol y la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora