Elyon

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"your hair's grown a little longer,
your arms look a little stronger,
your eyes just as I remember,
your smile's just a little softer" all these years by camila cabello.

***

-Espero verte de nuevo, Ely.-Emil le estaba alcanzando su bolso mientras intentaba encontrar su mirada. Su cara estaba demacrada, su cabello alborotado, pero sus ojos eran lo peor. Estos ya no reflejaban la luz y calidez característicos en ellos, sino que ahora estaban al borde de las lágrimas y hundidos.

Elyon debía salir de allí de inmediato.

-Sí-Contestó con todo el pesar del mundo mientras agarraba sus pertenencias y rozaba sus manos con las del Rey una última vez. –Adios, Emil.

Ecos de las últimas palabras que intercambiaron antes que Elyon partiera definitivamente de Eben resonaban dentro de su cabeza cuando lo vio entrar a la Mansión.

Y es que, ¿Realmente pensaba que estaba lista para volver a verlo?, no tenía idea de lo que pasaba por su cabeza cuando decidió quedarse para el Aniversario. Tendría que haber agarrado a Vela e irse a cualquier otro lugar, cualquier otra zona del planeta que estuviera lo más lejos posible del Rey de Alariel. No estaba lista para aquello.

Pero jamás lo estaría. No después de todo lo que pasaron y sufrieron juntos, de las alegrías y risas, de los besos, roces, caricias y palabras dulces que llovían entre ellos cada noche. Sacudió ligeramente la cabeza, tenía que concentrarse.

Emil se había quedado perplejo en el marco de la puerta, con sus ojos clavados en la chica como si estuviera viendo un fantasma. Elyon de repente se sentía muy expuesta, incluso si se encontraba casi oculta entre Alistar y Ezra. Se percató que había mucho silencio, uno incómodo que hacía que el aire se pudiera cortar con una espada. Tomó valentía de donde no la tenía y miró al Rey del Sol.

Lo primero que hizo fue mirarle la cara, parecía cansado pero esto seguramente se debía al viaje. Tenía el cabello un poco más largo que la última vez que lo vio, como si se lo hubiese cortado hace meses. Su mentón seguía teniendo una de las tantas cicatrices que su cuerpo ahora lucía gracias a la Gran Guerra, una especie de línea recta que iba de los labios hasta su barbilla, la cual seguía sin lucir la barba que muchas meces le dijo quería dejarse crecer. Vestía un atuendo poco formal, unos simples pantalones negros y un saco rojo con detalles en dorado junto a unas botas negras. No llevaba puesta su corona. Él siempre decía que no le gustaba usarla ya que era algo incómoda, y Elyon solía bromear que se debía a que era muy cabezón. Todavía podía escuchar las risas que acompañaban a ese tipo de comentarios. Elyon dejó de observar sus manos, las cuales estaban cerradas en puños ligeramente apretados, para encontrarse con su mirada.

Emil la miraba como si no pudiera creer que estuviera allí, con incertidumbre y algo de curiosidad, pero el sentimiento que más parecía estar escrito en sus ojos no era otro que dolor. Un dolor que se notaba intentaba ocultar tras una máscara que en cuanto se encontró con las lunas plateadas de Elyon, se derrumbó por completo.

En el momento en que sus ojos se encontraron, Elyon supo que no iba a poder aguantar toda una semana con la presencia de Emil allí. Ese era el tiempo que se iba a quedar, según Ezra. Lo había agarrado al mayor de los Solerian para averiguar todo sobre la llegada y estadía de su hermano, pues quería estar bien informada para lo que sea que pudiera pasar. Ezra le dijo que iba a llegar con Gavril, Rhea y Mila, que iban a quedarse una semana no solo por el Aniversario sino que porque el Rey también quería pasar un tiempo con su hermano, cuñado y sobrino, por lo que Elyon tuvo apenas días para prepararse mentalmente para lo que venía. Quiso huir al menos una docena de veces, pero no lo hizo, realmente quería estar presente para la fiesta y para ver a Oliver divertirse. De todas formas, intentó no pensar en el asunto y casi lo logra hasta hace un día atrás, cuando empezó a vomitar de los nervios. Oliver la calmaba y distraía bastante, igual que salir a volar con Vela, pero ahora ya estaba parada enfrente de él y no podía salir corriendo por la puerta para lanzarse a su pegaso o ir a la cocina a jugar con su ahijado. Ahora todo era muy real, Emil estaba allí y ella lo estaba viendo como estúpida. Más bien ambos se estaban viendo sin decir palabra, había pasado tal vez un minuto entero desde que el Rey entró al lugar pero se sentía como una eternidad. Elyon ya no lo soportó y fue la primera que habló.

hasta el sol y la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora