Epilogo

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"may these words be the first to find your ears, the world is brigther tan the sun now that you're here,
though your eyes will need some time to adjust, to the overwhelming light surrounding us.
I'll give you everything i have, i'll teach you everything i know,
I promise i'll do better,
I will always hold you close, but i will learn to let you go,
I promise, i'll do better,
I will soften every edge, i'll hold the world to its best,
and i'll do better,
with every heartbeat i have left, i'll defend your every breath,
and i'll do better.

***

Sus piernas temblaban como jamás lo habían hecho. Su rostro, empapado de sudor, lucía aún más pálido de lo normal. Mantener los ojos cerrados no ayudaba y podía sentir cómo aplastaba con fervor los dedos de su mano mientras él soltaba palabras de cariño llenas de nerviosismo.

Sus sanadoras no paraban de hacerle preguntas y darle indicaciones, pero ella no las escuchaba, quería que la dejaran sola, quería llorar o incendiar el Castillo por completo.

También quería sacarse el útero de su cuerpo con sus propias manos para terminar con ese dolor.

-Solo un poco más, amor, lo estás haciendo muy bien- susurraba el Rey mientras le sobaba la mano- solo un poco más-

-¡CA-tosió-LLATE!-

-Lo siento. – se apresuró a contestar su esposo.

Su espalda ardía con la intensidad de mil soles, sus ojos llorosos no podían despegarse y sus manos aferradas a las sábanas estaban completamente endurecidas. Oh, por todas las malditas estrellas, soles, lunas y todo lo que se le cruzara por la mente, ya no podía más.

-Su Majestad, necesitamos que puje un poco más, ya podemos ver la cabeza. –

Elyon respondió con un sonido gutural antes de pestañear y enfocarse en la parte baja de su estómago. Se desgarró la garganta gritando, maldiciendo y llorando mientras Emil no paraba de apretarle con fuerza la mano temblorosa. Quería mandarlo a la mierda, tan cómodo allí haciendo absolutamente nada.

Por el rabillo del ojo observó a Celes y Gianna, ambas charlando rápidamente mientras usaban todo su poder para disminuir los dolores del parto. Quería gritarles lo muy poco que estaba funcionando, pero no tenía fuerzas para nada más que respirar entrecortadamente.

Gianna se acercó a Emil, le dijo algo al oído y él asintió. Le devolvió la mirada, cansado y con ojeras mientras intentaba sonreírle. -Te amo. -No respondió.

Celes volvió a indicarle que pujara. -Falta muy poco. –

Quería a Vela pensó fugazmente, antes de volver a gritar con todas sus fuerzas.

Pujó y pujó, llorando y gritando. Su cuerpo parecía estar en llamas, tiritando, estremeciéndose y reacomodándose. Soltó la sábana y agarró el brazo de alguien, clavó sus uñas con profundidad en la piel pero no obtuvo respuesta. Cerró los ojos y una voz dentro de su cabeza (una voz que se parecía sospechosamente a la de Avalon) le dijo que ya todo estaba a punto de acabar.

Soltó otro grito, extendido y doloroso antes de sentir como su ser lo daba todo y se derrumbó de espalda en la cama, oyendo por primera vez en varias horas otros gritos que no le pertenecían a ella. Era un llanto sofocado pero ruidoso, un llanto que le llenó el pecho de algo sin nombre aún. Comenzó a sonreír levemente mientras Emil se tensaba, reía, lloraba y observaba a Celes, aún con su mano entrelazada con la de ella.

El llanto se profundizó y Elyon vio, en los brazos de su sanadora, la razón de su dolor y completa felicidad.

Pero, como la vida se había acostumbrado a jugar con ella, antes de siquiera poder verle el rostro, perdió el conocimiento.

hasta el sol y la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora