"darling, this was just as hard, as when they pulled me apart.
my only one,
my kingdom come undone,
my broken drum, you have beaten my heart,
don't want no other shade of blue but you,
no other sadness in the world would do." hoax by taylor swift***
Saeta continuaba volando por los aires de Eben incluso con la luna asomándose a lo lejos. Su cuadrilla de guardias lo rodeaba por arriba y por debajo mientras Era se encontraba a su lado.
-Su Majestad, ya no están aquí. – Insistió de nuevo Febian.
El Rey no respondió. No tenía idea de qué estaba buscando, tal vez una pista o una forma de llegar a ella, pero ya habían pasado dos horas y aún no hallaban nada.
La voz de su hermano lo encontró minutos después. -Emil, debemos bajar. –
Contempló la idea de ignorarlo, pero sus manos comenzaron a moverse, indicándole a su pegaso que descendiera.
Tocaron suelo en pocos minutos y no tardaron en ser envueltos por una cuadrilla de Guardias que lo escoltarían hacia el interior del lugar. Divisó a Gavril y Mila, ambos con sus armaduras puestas mientras discutían en voz baja.
El Castillo del Sol era un caos. Guardias colmando la entrada principal por completo, el personal yendo de un lado para otro intentando obtener más información sobre lo que había sucedido, las familias nobles que aún se encontraban presentes exigiendo una respuesta y el Consejo junto a los Viejos Sabios riñendo a los gritos.
-¡Esa no fue la petición que su Rey aceptó, Lord Zelos! –
-La prisionera debió ser ejecutada en el momento de la sentencia, de esa forma hubiésemos evitado todo este problema. –
-¿Realmente cree que asesinar a alguien frente a decenas de ciudadanos es una buena idea?-
El Rey quería darles la espalda a todos para encerrarse en su habitación y ahogarse en alcohol, dejar que el vino le colmara los sentidos y lo acurrucara en su aroma. Necesitaba dormir y dejar atrás ese maldito día.
Pero simplemente, no podía.
Así que enfrentó a todos los presentes con la mirada vacía, expresando en pocas palabras que no habían podido encontrar a las mujeres por ninguna parte y pidiendo disculpas sobre lo acontecido. Le indicó a las familias nobles que deberían volver a sus hogares y a sus sirvientes que vuelvan a sus puestos, que él mismo volvería a anunciarse si se obtenían novedades.
La pequeña multitud aceptó sus palabras y se despidió con reverencias y miradas confusas. El personal se dispersó por el lugar y ambos Consejos se dirigieron a la Sala de Reuniones para continuar con su discusión. Cuando todo quedó en silencio, Emil perdió el equilibrio y tuvo que sostenerse de Ezra para no caer al suelo.
-Tranquilo. -Su hermano puso una de sus manos en su hombro antes de indicarle a sus guardias personales que necesitaba hablar con él a solas, dirigiéndolo casi de la mano hasta una de las habitaciones vacías que se encontraban cerca. Lo sentó en un banquillo y se arrodilló frente a él. -Necesito que respires, ¿sí? -Fue lo que le pidió y Emil asintió.
Uno, dos, tres, inhaló.
Cuatro, cinco, seis, exhaló.
Su hermano lo observaba con ojos tranquilizadores y un semblante decidido, indicándole que no lo iba a dejar solo. Emil no lo soportó, bajó la cabeza y comenzó a llorar. Antes de poder detenerse, las palabras comenzaron a atragantarse en su garganta mientras las escupía una tras otra.
-No tengo idea de dónde puede estar, ni siquiera sé lo que se ha llevado en el bolso. ¿Qué demonios se supone que debo hacer? ¿Qué tal si Lyra termina haciéndole daño? – Tomó su cabeza entre manos y volvió a desahogarse. -Debí haberla contenido, haberle ordenado quedarse o lo que sea. – Aunque dudaba que ella lo escuchara de todas formas.
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hasta el sol y la luna
Fantasycause we survived the great war, uh-uh, i vowed i will always be yours (The Great War, by Taylor Swift). Fenrai se encuentra en una era de paz entre ambos territorios que antes jamas se habria soñado. Ahora el mundo era un mejor lugar, pero ¿qué hay...