Epílogo

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Capítulo dedicado a tod@s los lectores de este libro.

#¡sorpesa!

Charlotte miró el reloj de pared que recién marcaba las doce de la media noche  y se abrió camino destapando el edredón de la cama en su cuarto.

Otra noche sin  poder dormir. Haciendo cuentas esta ya era la novena velada en vela. No sabía muy bien si hacía lo correcto pero ¿acaso no lo había intentado lo suficiente?

No podía dormir ni comer nada, descansar estaba fuera de su alcance y por más que intentaba no recordarlo solo pensaba en él.

Todos no dejaban de preguntarla si estaba bien o como se sentía pero estaba cansada de fingir. No, no estaba bien;  todo distaba de estar bien, Su estado de insomnio empeoraba y por alguna razón sentía una gran melancolía de perdida, casi como si lentamente se estuviera muriendo de tristeza.

Tres meses no habían sido suficientes para olvidarse de Jake, se temía que  ningún transcurso del tiempo lo sería.

¿ cuál sería su reacción si ella volvía a invocarle?

Ponerle en la situación donde todo empezó, solos ellos dos. ¿La odiaría o la amaría? No cabía duda de que el volver a ser esclavo sería un estado que el vampiro no apreciaría y al menos en el libro era libre de órdenes y ataduras que conllevaban  a estar subordinado.

 Charlotte  hesito en si lo que hacía era sensato o un acto suyo de desespero. Caminó nerviosa hacia el cajón que había denominado como " el cajón prohibido"  y  se apresuró a abrirlo Con manos temblorosas revelando así su contenido, el libro.

Su mente no paraba de llamarla egoísta por considerar  lo que estaba considerando pero  no podía seguir sin verle, tampoco  sabía olvidarle y  los cielos eran testigos de cuán arduamente lo habia intentado. 

Finalmente sintiéndose prestigiosa de ser su portadora, decidió  depositarlo sobre la cama antes de que volviera a su razonamiento la claridad y comenzó a buscar aquel pasaje del cual ya había leído varias veces pero todavía la seguían dando escalofrios de solo verlo. 

La humana cerró brevemente los ojos incinerando todas sus dudas  y respiró hondo. Nunca sabría que pasaría almenos que pasase.

- Fancy a mate, yer ta' one - hubo cierta brisa fuerte en la habitación  y el libro comenzó a temblar en su posición- Blood I give yer As my life to yer - Charlie tuvo que sujetarlo por los movimientos bruscos que esta vez acompañaban el encantamiento y se apresuró a leer el resto - Live,  for our love and  bound Will never decrease - cerró  los ojos sabiendo lo último que diría- And mates we shall be.

Tras unos minutos de pura tranquilidad  Charlie abrió los ojos paulatinamente y para su decepción estaba sola.

Dejó el libro sobre la cama y se levantó mirándolo con expectación. Todo estaba anormalmente  tranquilo, como calma después de la tempestad; como  si el encantamiento no había surtido efecto.

Destapó el edredón y volvió acostarse mordiendose las uñas sobre que impidió que se efectuase, cuando tras la puerta de su cuarto empezó a oír pasos y estos estaban seguidos de muy cómodos maullidos de la invasiva gata.

Charlie se bajó de la cama como si está fuera lava y miró hacia la puerta que se estaba abriendo expectante. Sus ojos deberían verse como dos farolas brillantes de la emoción.

- Tengo hambre, Humana.

Charlie Sonrió  como no lo había echo en semanas. Jake tenía el pelo cobrizo oscuro alrededor de sus pómulos y  iba vestido del atuendo con el que le conoció. 

- Yo... no he ido al súper-  dijo esta pícara retrocediendo a mediación que él caminaba hacia ella, Su corazón  dio un vuelco por su presencia. 

- No tienen nada de mi preferencia- respondió con sorna.

- Oh- fingió  sorpresa Charlie - No puedes comerte a Leila - le sonrió.

-   lo que deja un solo plato en el menú.

Charlie  no supo como  pasó, pero pasó que derepente se encontraba presa del vampiro en su cama, mareada y luchando por recuperar el aliento.

- ¿ Porqué has tardado tanto? - la preguntó él acariciando su mejilla.

- Creí que te perdería- respondió esta meciendose contra su tacto.

- Soy tu esclavo, Charlie - dijo este contra sus labios -  y te amo, perderme no es una opción. 

Charlotte analizó sus palabras y la felicidad inundó su alma.

-  yo también te amo, no te vuelvas a ir nunca más - confesó esta abrazandolo con brazos y piernas.

-  mi amor, no me iré nunca más.

Tras sus declaraciones ambos se enfundaron en una larga noche, en  una  larga mañana e incluso, en una larga vida.

Fin

Chic@s 💕 ahora sí. 
Os amo. Buenas noches.

HUMANA²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora