Aleksandra.
Puedo sentir como el agarre del hombre que me sostiene de la cintura en contra de mi voluntad, se afloja un poco y finalmente, puedo soltarme de su agarre mientras que me aparto un par de pasos lejos de él, pero tampoco tan cerca de mi jefe.
Aunque las luces del lugar se encuentren un poco bajas, puedo ver a la perfección la forma en que el tipo comienza a temblar un poco del miedo, ante la mirada penetrante y gélida de mi jefe, antes de que sus ojos grises azulados miren en mi dirección.
Todo mi cuerpo reacciona de forma inesperada, ante la manera en que sus ojos grises azules, parecen suavizarse un poco al mirarme y esta vez, soy yo, quien tiembla ante el peso de su mirada, pero no precisamente por el miedo.
—¿Se encuentra bien, señorita Death?
Asiento rápidamente, sin la seguridad de decir algunas palabras coherentes, pero no es suficiente para él, claramente.
—Palabras, señorita Death.
Trago en seco, sintiendo de manera repentina como mi garganta se encuentra ligeramente seca, antes de darle la respuesta que quiere.
—Sí...— carraspeo—, estoy bien, señor Stirling. No ha pasado nada.
—Bien— responde con su habitual tono neutral, antes de que cambie su mirada hacia el sujeto que por alguna razón para nada inteligente, se ha quedado en vez de huir del Diablo de mi jefe—. Ahora, ¿qué haré contigo, basura del infierno?— mi cuerpo se tensa ante su tono frío, y casi podría jurar que noto una leve molestia en su voz—. ¿Acaso no escuchaste la primera vez que la señorita dijo que no, bastardo?
Parece que el tono gélido de mi jefe, parece bajarle el completo estado de ebriedad al sujeto porque mira con un poco más de temor y lucidez al señor Stirling, antes de que tiemble un poco más ante el peso de su mirada.
—Yo...no...era...sólo quería...— balbucea varias palabras—...que pasáramos un buen rato...¡Es todo!
—Sin embargo, ella no quería pasar el rato contigo— agrega mi jefe en tono calmado, pero por la tensión de sus hombros y mandíbula, me dice que está de todo, menos calmado—. Y te dijo más de una vez que no, bastardo.
—Pensé que era su forma de juego...— responde rápidamente el sujeto—. Ya sabes, amigo. A las mujeres les gusta hacerse las difíciles, se pintan como las santas— su mirada cae en mí y un leve brillo de molestia, cruza por sus ojos—. ¡Así como ella! ¡Se la pinta de mosquita muerta, cuando de seguro es su treta para llamar la atención de los hombres y después desecharlos como si fueran basura!
¿Qué?
Abro la boca con indignación y ofensa ante sus palabras, niego varias veces antes de fruncir el ceño, mientras que el coraje junto a la vergüenza, me quema en las mejillas ante sus crueles y mentirosas palabras.
—Eso...— intento buscar palabras adecuadas, pero no logro conseguirlas—. ¡Eso es mentira!
Entonces, una extraña sonrisa se forma en los labios de mi jefe y la sensación de que las cosas se van a salir de control, empeoran en un costado de mis costillas y el señor Stirling, niega con cierta diversión.
—No dijiste eso, bastardo.
Sus palabras, son lo único que puedo procesar antes de que todo se salga de control.
—¡Oh por dios!— mi grito apenas logra escucharse a tiempo, cuando veo como mi jefe estrella su puño contra el rostro del sujeto—. ¡Señor Stirling!
Mi jefe ni siquiera se inmuta a mi grito, porque sonríe con cierta satisfacción antes de sacudir su mano, calmando el dolor de sus nudillos y un nudo de miedo mezclado con ansiedad se forma en mi estómago cuando veo al hombre tirado en el suelo, mientras que un río de sangre sale de su nariz y boca.
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Diablo Ruso (HDLF #2)
General FictionHerederos de las Flores #2 El Diablo y un ángel. Dos mundos completamente opuestos. Ella era el cielo en la inocencia, él era el infierno en persona. Sus caminos no debieron juntarse, pero por alguna razón, el destino lo ha querido así. Patrick Stir...