Capítulo 01

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Patrick.

Moscú, Rusia.

El ser humano, tiene diferentes métodos para sacar sus frustraciones ante un mal día lleno de mierda.

Claro, eso no solucionaba el problema por completo. Pero te daba una ventana para tener algo de tranquilidad mental, sin tener que pensar en los problemas que te esperan afuera de tu burbuja de paz.

Muchos practicaban yoga, ejercicios de meditación, leer, caminar, pasar un buen rato con amigos e incluso cocinaban en exceso con tal de que sus cerebros mortales, se desconectaran de los problemas.

Cualquier persona normal en esta tierra, lo haría.

Todos teníamos métodos diferentes para sacar nuestras frustraciones, para perdernos de nuestra realidad. Algunos más peligrosos que otros, pero al final, tenías el mismo resultado.

Perderte en una realidad lejos de los problemas.

Y sabía de antemano, que usar a personas ajenas a nuestros problemas para descargar nuestras frustraciones ante un día lleno de mierda, estaba mal.

Cualquier ser humano decente con dos gramos de conciencia moral, evitaría arrastrar a personas ajenas a sus problemas y frustraciones.

Sin embargo, no era catalogado como un ser humano normal con un gran cargo de conciencia ante lo que estaba bien, y a lo que estaba mal.

Claro que sé de memoria qué cosas están bien o mal, pero el no diferenciarlas en realidad, no era algo que me quitara el sueño durante las noches.

¿Usar a las personas para descargar tus frustraciones ajenas como un ser humano consciente de tus cargos de culpa ante tu moralidad cuestionable por dañar a otro ser humano que estúpidamente se dejó manipular por tus palabras?

Reconozco que sí estaba mal.

Más, ¿usar a las personas para descargar tus frustraciones ajenas como el Diablo y sin cargos de conciencia al tener una moralidad verdaderamente cuestionable a la hora de manipular a las personas ajenas para que cumplan tus más perversos y sórdidos deseos?

Eso iba más conmigo y reconocía que me satisfacía a grandes niveles que no se imaginan.

Cuando eres el Diablo, las demás personas mortales no te importaban. Simplemente, te servían para complacer tus deseos perversos momentáneos y posteriormente, los reducías a cenizas para que se quitaran de tu camino, dejándolos con sus cargos de conciencia ante su falta de moralidad de mierda.

Poco me importaba sí estaba bien o mal, usar a las personas para descargar mis frustraciones ante este día de mierda.

Y cuando digo que todos tenemos diferentes maneras para desquitarnos ante un mal día, también me incluía en el grupo.

Tal parece que los seres mortales de esta tierra y el Diablo, sí tienen algo en común.

Mi forma de descargar mis frustraciones, era usando a las personas a mi antojo en cualquier superficie cercana que encontrara, a lo que se reducía a la única actividad que podías hacer en cualquier lugar de la tierra, por más raro o descabellado que se vea, pero todos llegábamos a la misma conclusión.

Sexo.

Esa era mi forma de descargar mis frustraciones.

Follando.

Actividad que podría hacer a cualquier hora del día, con la primera persona que encontrara apetecible para caer en mis falsos encantos de ángel, para conocer un infierno bastante placentero.

Diablo Ruso (HDLF #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora