Capítulo 02

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Aleksandra.

Londres, Inglaterra.

Doy un brinco hacia el costado de la acera, en el momento en que veo como un niño junto a su madre se atraviesan en mi camino de forma imprevista, pero afortunadamente, logro esquivarlos a tiempo antes de que ocurra una tragedia.

Menos mal que tengo algo de reflejos.

A pesar del casi y pequeño accidente, eso no me detiene en seguir corriendo por el sendero del parque mientras que mis pulmones, me piden que coja algo de aire, pero trato de ignorar sus gritos para continuar con mi carrera.

Dos kilómetros más, Death, y habrás roto tu récord.

La pequeña vocecita de mi conciencia, me incita a aumentar el ritmo de mis piernas mientras que la capa de sudor de mi frente, empeora hasta que siento como varias gotas de sudor se deslizan por mi cuello, pero eso tampoco, logra distraerme de mi objetivo al igual que la música a todo volumen en mis oídos.

He estado trabajando mis manos hasta los huesos...

¿Dónde estarás cuando se acabe el dinero?

Amantes y amigos...

Ven y se van...

¿Dónde estarás cuando el dinero, el dinero se acabe?

¿Dónde estarás cuando se acabe el dinero?

He estado drogado...

La buena vida...

Es bueno hasta que se desvanece...

Pero cuando bajes...

La tierra fría te pondrá en tu lugar...

Tengo que contar mis bendiciones...

Trata de pagarlo por adelantado...

De alguna manera siempre terminan volviendo...

Siempre aprendiendo todo de la manera difícil...

Vuelvo a dar otro brinco, cuando un perrito se atraviesa en mi camino y el pequeño animal, me ladra a mi espalda, en el momento en que paso por encima de él, pero eso no detiene la cinética de mi cuerpo al correr.

Miro de forma efímera mi reloj inteligente en mi muñeca, suelto un suspiro entrecortado de satisfacción mientras que la adrenalina, circula por todo mi cuerpo, al ver que me queda solamente un kilómetro y eso, es todo el incentivo que necesito para seguir corriendo.

Vamos, Death.

El paisaje pasa a mi alrededor en pequeños borrones verdes y marrones, el sonido del mundo que me rodea se ve opacado por la voz del cantante en mis oídos, a la par que he dejado de sentir las piernas desde el kilómetro dieciocho.

Mi respiración se entrecorta un poco más, al punto en que tengo que separar ligeramente los labios para tener algo de aire fresco, pero eso no me permite rendirme ante el cansancio, no hasta que cumpla mi objetivo.

Voy a conseguirlo.

No sé cuánto tiempo más sigo corriendo, hasta que escucho el sonido de la notificación de la aplicación de correr y finalmente, opto por detenerme. Sonrío con la respiración entrecortada, antes de inclinar mi cuerpo y apoyar mis manos en mis rodillas, tratando de controlar el desastre que es mi respiración mientras que mis pulmones, agradecen que por fin, tengan algo de aire digno por más de treinta segundos seguidos.

Unos cuantos minutos después, vuelvo a incorporarme y paso mi mano por mi frente, limpiando las gotas de sudor mientras que varias, se deslizan por la parte trasera de mi nuca antes de cerrar mis ojos y respirar profundamente, sacudo un poco mis piernas, para que no tengan un calambre.

Diablo Ruso (HDLF #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora